Más de un equipo colombiano ha sufrido apenas el avión despega del suelo para ir a jugar a otro país. No es el caso de Atlético Nacional, que ha basado buena parte de la campaña en su brillante 2016 en lo que ha conseguido por fuera del estadio Atanasio Girardot. Y de nuevo afuera del país, en Asunción, el equipo que dirige Reinaldo Rueda espera dar este martes el primer paso hacia la final de la Copa Suramericana, frente a Cerro Porteño, de Paraguay. El juego se verá por Fox Sports, a partir de las 6:45 de la tarde.
Los verdes fueron, de lejos, el mejor visitante de la Copa Libertadores que ganaron, y en su participación en la Suramericana, si bien no ha tenido los brillantes números del primer semestre, siguen invictos.
En la Libertadores, Nacional logró un hecho inédito: fue el primer equipo que ganó como visitante en Argentina, Brasil y Uruguay en la misma edición del torneo. Le ganó 0-2 a Huracán, 0-4 a Peñarol, ambos en la primera fase, y luego, en semifinales, superó 0-2 a São Paulo, el día del gran bautizo internacional de Miguel Ángel Borja, tras su paso por Cortuluá.
Ese paso firme lo mantuvo en su debut en la edición de la Copa Suramericana, cuando superó 0-5 a Deportivo Municipal, de Perú. Desde entonces, empató todos los partidos por fuera de su casa, todos por el mismo marcador, 1-1, con Bolívar de Bolivia, Sol de América de Paraguay y Coritiba de Brasil. El grupo no quedó conforme.
Alexis Henríquez, uno de los líderes del equipo y el único jugador en ganar dos veces la Copa Libertadores con clubes colombianos (ya lo había conseguido con Once Caldas en 2004), reconoció que el plantel, luego del 1-1 contra Sol de América, en octavos de final, hizo un mea culpa tras un partido que dominaron ampliamente en el primer tiempo y que terminaron empatando por culpa de sus propios errores, con un gol en contra en el minuto 89.
“Sacamos conclusiones de qué fue lo que nos pasó: nosotros nos hacemos fuertes cuando proponemos y atacamos; si nos metemos atrás, se nos complica y eso fue lo que sucedió. Pensamos en controlar el juego y proponer, como lo hicimos en la Libertadores”, expresó Henríquez.
Otro que se refirió a la manera en que Nacional juega como visitante fue el lateral Edwin Velasco, quien ya se recuperó y espera una opción como titular. Ese juego no lo van a cambiar en el duelo contra Cerro Porteño, que se ha convertido en el verdugo de los colombianos en esta edición de la Suramericana: viene de eliminar a Santa Fe en octavos y a Medellín en cuartos de final.
“Los que el ‘profe’ pone es porque estamos a su disposición y ve que estamos bien. No cambiaremos, hay que hacer nuestro fútbol: poner el balón al suelo porque hay jugadores de buen pie que pueden desequilibrar”, dijo Velasco.
A pesar de que siempre tiene un espíritu ofensivo, es un equipo equilibrado: en 11 partidos como visitante este año solamente ha recibido cinco goles, y nunca recibió más de un gol por fuera de su estadio. Con esas fortalezas, Nacional quiere conseguir un trofeo que aún no está en sus vitrinas. Fue dos veces finalista, en 2002 y 2014, y llegó a semifinales en 2003.
“Tenemos la ilusión de ganar el torneo, que es muy importante para nosotros. Llevamos tiempo disputando esta clase de partidos y sabemos que son duros”, afirmó Henríquez. “Cada uno tiene su marca y no la puede descuidar. Trabajamos para contrarrestar la propuesta de Cerro. No podemos pensar en la final sin pasar la semifinal”, agregó.
Gustavo Florentín, el técnico de Cerro Porteño, tiene ya su análisis de Nacional. “Ellos tienen defensores de envergadura física muy buena. Nuestros delanteros son más pequeños. La habilidad y la agilidad de Cecilio (Domínguez) y Josué (Colmán) podría ser importante para poder sacar esa diferencia”, explicó. Por ahora, en Paraguay saben que tienen que luchar contra un gran visitante.
JOSE ORLANDO ASCENCIO
Subeditor de Deportes
En Twitter: @josasc
Con reportería de Juliana Sosa (Futbolred)