Muchos habitantes de Bogotá amanecieron el pasado lunes en carpas, aterrorizados antes la inminencia de un terremoto de 8,5 grados que sucedería a eso de las dos y media de la madrugada. Como la falsa noticia fue transmitida por Twitter y retransmitida por WhatsApp, muchas personas la dieron por cierta y salieron despavoridos a montar campamento a la intemperie, aprovisionados de linterna, pito, brújula, agua, aspirinas y enlatados.
Esta falsa noticia pareciera la celebración del cumpleaños 88 de aquel archifamoso programa de radio que hiciera Orson Welles, donde interrumpía la transmisión de un baile de Haloween para informar que un ejército de marcianos invadía Estados Unidos. El supuesto corresponsal de Nueva Jersey, Carl Phillips, transmitía en directo el aterrizaje de los platillos voladores, y describía a los hombrecitos verdes con lujo de detalles. Las líneas de atención a emergencia colapsaron. Todo el mundo tomó por cierta la noticia, aunque al comienzo del programa el locutor decía que era una adaptación de la obra de H. G. Wells, La guerra de los mundos. El diario ABC de España, en el aniversario 75 de esa emisión, dice: “Hoy día resulta impensable concebir que un fenómeno tan extraordinario como el que aconteció un 30 de octubre de 1938 pudiera volver a suceder”. Debo decir con tristeza que en Bogotá la ficción volvió a hacer de las suyas con la realidad, el pasado 30 de octubre del 2016.
En 1938, la gente de Estados Unidos no tenía cómo comprobar la veracidad de esa noticia, salvo acudiendo a las líneas de emergencia, que colapsaron. En el 2016, en plena era digital, los habitantes de Bogotá tampoco tuvimos cómo. Cuando me enviaron por WhatsApp la noticia de que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres advertía a la ciudadanía sobre ese terremoto de 8,5, inmediatamente busqué la página oficial de la UNGRD. La página abrió en un pestañeo, pero no parecía pasar nada en el mundo, mucho menos en Colombia. La noticia de cabecera es del 28 de octubre del 2016 y se refiere a un protocolo binacional de voluntariado entre Colombia y Ecuador. No había ni una sola referencia al sismo de 5,4 grados con epicentro en Colombia, Huila. Como en el menú aparece ‘Sala de prensa’, supuse que allí estaría la información más reciente sobre el sismo y la corroboración o negación de la noticia sobre el terremoto de 8,5 grados en la escala de Richter. Nada. Y como en ‘Sala de prensa’ aparece la opción ‘Noticias’, pensé que ahí sí habría de todo. Nada, solo un aviso aséptico del sistema, sin ninguna diagramación, que dice: “No se encontró nada que coincida con la búsqueda”.
Reconozco el gran valor de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, pero la Unidad tendrá que reconocer que su página web y sus canales de divulgación masiva para prevenir desastres no sirven para un carajo. Seguro vendrán muchas excusas, pero en el momento que escribo esta columna la página sigue sin registrar el sismo del domingo a las 7 y 20 de la noche. De las siete noticias itinerantes que aparecen en flashes de dos segundos, la última se refiere al simulacro nacional del 26 de octubre.
Esa página debe tener información en tiempo real. Es más, la Unidad tiene que tener una aplicación para celulares y tabletas, en donde avisen en tiempo real cómo está la situación; y puedan desmentir noticias falsas tan nocivas como la que se divulgó el domingo. Las aplicaciones que tiene son inanes.
De paso, podrían repensar el nombre de pila de la Unidad. Porque por más que pienso no puedo imaginar a nadie gestionando un Riesgo de Desastre –puede que este sea el problema de fondo–.
Cristian Valencia
cristianovalencia@gmail.com