Los 442 puntos que obtuvo en las pruebas de Estado y el hecho de ser bachiller de un área rural le valieron a Óscar Duván Puerto Niño, oriundo de Paipa, para recibir una de las 35 becas que entregó Ecopetrol.
Este joven paipano estudió en la Institución Educativa Rafael Bayona Niño de la que se graduó en diciembre del año pasado, tras haber sido reconocido por tener uno de los mejores puntajes del departamento en las Pruebas Saber 11.
“Pero no pude aplicar a las becas de Ser Pilo Paga porque, a pesar de mi puntaje, aún no se había hecho la encuesta del Sisbén”, dijo Puerto.
Así que, con unos ahorros que tenía pudo pagar su primer semestre de ingeniería electrónica en la Uptc de Sogamoso en donde actualmente cursa su segundo semestre.
“Yo siempre tuve claro que había que estudiar mucho para ser alguien y poder pasar a la Uptc. Decidí estudiar electrónica porque me ha llamado la atención todo lo que tiene que ver con ese campo, con circuitos y programación”, explica el joven.
Pero su suerte cambió hace más de cuatro meses luego de recibir una llamada en la que le informaron a su mamá, Ana Mercedes Niño, que su hijo podría ser becado por Ecopetrol.
“Al principio todo fue felicidad, pero pasó el tiempo y no nos volvieron a contactar, pensé que había sido una mala broma”, dice.
Pero una nueva llamada casi un mes después le devolvió la fe a Óscar. Esta vez le anunciaban que ni él ni sus padres tendrían que volver a preocuparse por pagar la matrícula en la Universidad pues Ecopetrol pagaría el 100 por ciento de sus estudios.
Esto, porque cumplía con los requisitos exigidos, es decir, los buenos resultados de las pruebas Saber 11. Además, que provenía de una zona rural y su condición socioeconómica se vio reflejada en el puntaje del Sisben.
La ceremonia fue hace tan solo unos días y allí, en compañía de 34 jóvenes más del todo el país se enteró, además, que el programa cubrirá mensualmente un auxilio de transporte y le reconocerá un auxilio de alojamiento y manutención en caso de que solicite radicarse en Sogamoso en donde adelanta sus estudios.
Y lo está pensando, pues a diario gasta casi hora y media desde su vereda Cruz de Bonza, en Paipa, hasta su universidad, de donde espera graduarse como ingeniero electrónico en no más de cinco años.
BOYACÁ SIE7EDÍAS