Ante la hecatombe que vive Venezuela y la impotencia de países y organismos internacionales, las amas de casa y los estudiantes deberían encabezar la marcha hacia el Palacio de Miraflores programada para el 3 de noviembre. Ante el hambre, desabastecimiento e inconformismo, las madres de jóvenes que pertenecen a las milicias bolivarianas deberían retenerles cualquier arma y rogarles que no salgan a defender un sistema indefendible. Ahí veríamos la actuación de la fuerza pública y cómo el Gobierno queda sin argumentos para sabotear la esperada movilización.
Francisco Javier Cajiao Gaitán
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Señor Director:
Acerca de su editorial ‘Incertidumbre y desconcierto’ (25-10-2016), duele la situación por la que pasa el pueblo hermano de Venezuela, país que fue tan pujante y bendecido por la naturaleza. Pero los malos gobernantes lo han llevado a una situación muy difícil de hambre, inseguridad, altísima inflación y odios políticos. Todo ello divide a la gente y la puede llevar a un estallido social de consecuencias impensables, pero inevitablemente tremendas. Ojalá hubiese algún acercamiento, ojalá Maduro pensara primero en la gente que en el poder.
Pedro Samuel Hernández
Se fue Nelson Pinedo
Señor Director:
A los 88 años de edad partió de este mundo terrenal el famoso cantante barranquillero Nelson Pinedo, quien, como legado, nos dejó sus extraordinarias melodías. Murió en Valencia (Venezuela), país al que emigró hace muchos años. Fue, sin duda, uno de los más destacados cantantes colombianos, que interpretó, en la agrupación musical La Sonora Matancera, famosas canciones como ‘Momposina’, de José Barros; ‘El ermitaño’, del sin igual Rafael Escalona; ‘Yo me voy pa’ La Habana’, ‘Bésame, morenita’ y ‘Señora bonita’.
Su nombre de pila era Napoleón Nelson Pinedo Fedullo, pero era mucho más conocido solo como Nelson Pinedo y apodado ‘Pollo barranquillero’ y ‘El almirante del ritmo’.
Había nacido en la Arenosa el día 10 de febrero de 1928.
Jorge Giraldo Acevedo
Avances estilo caracol
Señor Director:
En Quito culminó la Conferencia Mundial Hábitat III, y las dudas siguen. Se avanza al estilo del caracol: despacio, y se resbala el camino andado. De esta manera, los compromisos adquiridos en Estambul (Turquía) hace 20 años dan a entender que aún falta tener conciencia de respeto con el medioambiente para una auténtica sostenibilidad ambiental. Es verdad, la población sigue creciendo a mayor ritmo que los recursos para vivir. Urge controlar la migración, el desplazamiento. No más especulación del precio del suelo, más viviendas dignas, mejorar el transporte limpio y seguro, atención a los más vulnerables, seguridad vital, entre otros, son asuntos esenciales para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Necesitamos consolidar un rumbo con solidaridad y prudencia.
Diego Casabianca Escallón
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