Cuando salga esta columna se habrán cumplido dos meses sin guerra, pero también un mes sin acuerdo definitivo. No obstante este corto periodo, ya resulta posible dimensionar lo que significa para el país y la naturaleza un territorio en paz. Algunos expertos se han asomado a estos escenarios: Manuel Rodríguez y Julio Carrizosa en http://www.razonpublica.com/index.php/podcast/9804, y Asocars mediante el estudio ‘Consideraciones ambientales para la construcción de una paz territorial estable, duradera y sostenible en Colombia’. Coincide nuestro momento de la paz con un marco internacional propicio.
La ratificación de Colombia del Acuerdo de París, por medio del cual se obliga a que sus sectores productivos formulen planes para reducir el 20 por ciento de sus emisiones. El aterrizaje en la realidad del posconflicto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El DNP viene trabajando en las metas de la Agenda 2030 incorporando el enfoque territorial de la paz. Pero si esta alineación ‘astral’ resultara insuficiente, basta agregar que esta semana se publicó el informe ‘Planeta vivo 2016’, de WWF, que llama la atención sobre la pérdida de la vida silvestre y su relación con el agua.
Vamos a ver. El agua que hay en el territorio del posconflicto es nuestra reserva para que la vida sea viable más allá del 2050, cuando, según todos los datos de que dispone la ciencia, el mundo se aproximaría a su punto de no retorno en las condiciones físicas y químicas de la vida. En ese territorio, según datos de Asocars, el 90 por ciento de los municipios con prioridad alta en el posacuerdo tienen alguna figura de protección (parque nacional o reserva forestal). Esto significa cuidado extremo del agua y de la biodiversidad.
Está muy claro que la política minero-energética del posconflicto debe tener en cuenta esta vulnerabilidad. Los ministerios de Ambiente y de Minas, por ejemplo, están en mora de aplicar el principio precautorio y decretar una moratoria para el fracking. También debe facilitarse la transición energética para que este vasto territorio sin electricidad pueda pasar de condiciones medievales a renovables, sin pasar por la era de los combustibles fósiles. Farc y Eln deben avanzar en la transición de los cultivos ilícitos a las economías locales sostenibles y en la supresión de la minería ilegal. Un #AcuerdoYa ayudaría a todo esto.
Manuel Guzmán Hennessey
@GuzmánHennessey