Un primer encuentro entre los líderes del uribismo Carlos Holmes Trujillo, Iván Duque y Óscar Iván Zuluaga, con el delegado de las Farc, el abogado español Enrique Santiago, previsto para este jueves en Bogotá, fracasó anoche, por instrucciones de La Habana.
Aunque la iniciativa de esta reunión había venido del uribismo, como parte de una estrategia suya para avanzar en la construcción de un ‘pacto nacional por la paz’, el jefe de Estado, Juan Manuel Santos, la había autorizado el miércoles.
La reunión habría fracasado por instrucciones de los líderes de las Farc que consideraron “dilatoria” la iniciativa uribista.
El senador Roy Barreras (de ‘la U’) dijo el miércoles en la noche que el Presidente apoyó la cita “en un acto de confianza en busca de la paz”. En un video que Uribe reveló el miércoles dijo que si “se da ‘el pacto nacional por la paz’, el Centro Democrático se compromete a ayudar en la implementación (del acuerdo) en el Congreso”.
Lo que no explicó, pero que EL TIEMPO sí conoció, es que ese apoyo estaría condicionado a que la implementación se haga por medio de la legislación ordinaria, lo que tomaría más de un año, tiempo en el cual la guerrilla quedaría en el limbo jurídico y político, algo que ni al Gobierno ni a las Farc les gusta.
El Gobierno y las Farc consideran que la implementación de lo pactado en La Habana, como reza la enmienda constitucional y el mismo Acuerdo Final, se haga mediante la ‘vía rápida’, que estableció menos tiempos para aprobar leyes y reformas constitucionales en el Congreso.
Como muchos críticos acusan a Uribe de esconder detrás de su debate por la paz un interés en poner Presidente en el 2018, el miércoles dijo que está dispuesto a que el acuerdo con las Farc no sea un tema de campaña.
“La proximidad del debate presidencial no será obstáculo. Nos comprometemos a trabajar con las otras bancadas en la implementación del Pacto Nacional y a aislar el tema de las controversias que surjan en el debate presidencial”, prometió Uribe. (Además: Las 'líneas rojas' de las Farc en la renegociación del acuerdo de paz)
Propuso además que se integre una ‘mesa técnica’ en la cual estén representados el Gobierno, las Farc y los “voceros del ‘No’”.
Antes de conocerse el fracaso del encuentro, el expresidente del Senado, Luis Fernando Velasco (liberal), a quien Uribe le pidió servir de “garante” del nuevo acuerdo, se mostró favorable a esa “mesa técnica”.
Velasco, quien le pidió al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, que implemente este nuevo escenario, admitió que “no siente toda la confianza en el Gobierno”, pero sugirió que una manera de darle viabilidad es “ponerle un tiempo límite a esa discusión”.
“El Gobierno continúa con toda disposición escuchando voces para construir conjuntamente un nuevo acuerdo. Esperamos que no se utilicen maniobras dilatorias”, dijo Cristo, cuando no se conocía el fracaso del encuentro.
Algo que no le gusta al Gobierno y que mina su confianza en la nueva propuesta es que Uribe envíe mensajes contradictorios. (¿Es viable que los delegados del 'No' se reúnan con las Farc?)
La semana pasada, cuando en su presencia se cerró el tiempo para recibir propuestas del ‘No’ para reformar el acuerdo de La Habana, Uribe lo aceptó, y calificó el ejercicio como “bueno y constructivo”. Pero el pasado martes, al salir del Capitolio, acusó a Santos de poner un “ultimátum y chantaje que crean más desconfianza” luego de que el mandatario anunció desde Palacio que este jueves se cerraría la última ronda de propuestas para el ajuste.
Por otra parte, el miércoles se conoció una carta enviada por Uribe, Andrés Pastrana, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, principales líderes del ‘No’, en la que le exigieron al Presidente responder si está “abierto a los cambios de fondo que demanda el mandato popular o si se limita a recibir documentos a través de sus secretarios para remitirlos a esa organización”.
Aunque anoche, en Ibagué, Santos no se refirió directamente a la propuesta de Uribe, sí afirmó que se buscará “la mejor solución entre las alternativas que ofrecen nuestras leyes y nuestra Constitución”.
Pero, dijo además que muchas de las propuestas de ajuste al acuerdo con las Farc son razonables, otras difíciles pero no imposibles, y otras “inviables porque parten de supuestos inaceptables”.
Fue Uribe quien en las reuniones de trabajo con el Gobierno, donde presentó las propuestas de ajuste al acuerdo con las Farc, la semana pasada, reiteró su posición de que en Colombia no hay conflicto armado.
La tesis sobre la existencia del conflicto armado es una de las grandes diferencias entre Santos y Uribe.
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