Las autoridades de Caldas están en busca de herramientas legales que permitan formalizar la minería artesanal en Marmato y a orillas del río Cauca.
Para el municipio conocido como el Pesebre de Oro platearon ayer una nueva posibilidad en una reunión con la directora de la Agencia Nacional de Minería (ANM), Silvana Habib Daza, y el comandante de la Policía especial contra la Minería Ilegal, general Óscar Artehortúa.
La intención es que los congresistas caldenses impulsen en el Legislativo un proyecto de ley “donde se le garantice a Marmato tener el tema de minería por cotas”, según explicó el secretario de Gobierno departamental, Carlos Alberto Piedrahíta.
El funcionario explicó que otorgar los títulos mineros por cotas permitiría resolver en conflicto entre la comunidad y la multinacional Gran Colombia Gold por la explotación del mineral en el cerro del Burro, donde los artesanales hacen presencia en la parte superior y la empresa, abajo.
Con el sistema actual, que depende solo del área, la superposición de unos y otros en el mapa es una de las razones que ha impedido formalizar a quienes se dedican a la minería en el municipio de forma tradicional pues, como recordó Piedrahíta, esta es la actividad económica principal de Marmato desde hace cuatro siglos.
El secretario afirmó que este cambio en el Código de Minas para el caso específico del municipio caldense “se puede hacer en la medida que haya voluntad política del Gobierno nacional y los congresistas”.
Esta ‘Ley Marmato’, sin embargo, no anularía la orden judicial para desalojar dos minas ilegales del pueblo, suspendido desde marzo por el alcalde, Julio Vargas Chica.
Por otro lado, la Gobernación estaría buscando colaboración de la Nación para dar herramientas de educación en prevención y aseguramiento frente a los riesgos laborales de la minería en el río Cauca, que se hace por medio de cúbicos (socavones verticales).
El sistema, del que viven cerca de 600 familias en Caldas, ha cobrado la vida de decenas de mineros que trabajan sin permisos ni la seguridad que exige su labor. “No le están haciendo daño a nadie. Lo único es que están poniendo en riesgo su vida”, dijo Piedrahíta.
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