Las aerolíneas de bajo costo, la menor brecha de tarifas frente a las que manejan las empresas de transporte terrestre (flotas de buses) y la devaluación, que dinamiza la llegada de turistas internacionales, están impulsando el transporte aéreo de pasajeros.
Hasta agosto pasado, según Aerocivil, se movilizaron 23,4 millones de turistas, 5,2 por ciento más que en igual periodo del 2015. En pasajeros domésticos, el informe reporta un crecimiento de 4,19 por ciento, con 15,6 millones de viajeros en igual lapso.
En el mercado aéreo internacional, el país registra un aumento de 7,5 puntos porcentuales al alcanzar 7,7 millones de usuarios en los ocho primeros meses del 2016, frente al registro del 2015.
No es lo único que crece, también lo hacen las frecuencias y rutas. La Aerocivil, por ejemplo, le avaló a Avianca aumentar sus frecuencias a destinos como Cali y Medellín, y abrir rutas a Montevideo (Uruguay) y Asunción (Paraguay).
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Latam Airlines Colombia recibió permiso para cubrir rutas, entre otras ciudades, a San Andrés, Cartagena y Cali, mientras que a Easyfly le dio pista para 10 frecuencias más.
La torta de las rutas internacionales también se repartió en más tajadas: Aerolíneas (México), Air Europa (España), Latam Airlines Group (Chile) y Aer Caribe (Panamá) obtuvieron permisos para volar desde sus países de origen hasta el territorio nacional.
Entre tanto, Ases Colombia y Aero Coomotor están interesadas en proveer el servicio a nivel doméstico.
Aero Coomotor es una filial de la empresa de transporte terrestre que lleva el mismo nombre y entraría en operación en el 2017.
En el futuro, VivaColombia prevé rutas hacia Perú, Ecuador, Brasil y Aruba. Le acaban de aprobar siete más a destinos nacionales.
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Además, el próximo jueves se hará el anuncio del debut en el país de una nueva compañía aérea.
“La aviación está permitiendo acceso y equidad no solo en tarifas, sino en capacidad de aeronaves por parte del sector privado”, señala Alfonso Bocanegra, director de la Aerocivil.
En su opinión, por valores que van de 70.000 a 90.000 pesos se pueden visitar destinos como Leticia o San Andrés.
Mientras que un pasaje de ida a Santa Marta por carretera vale 90.000 pesos, el cual baja si no es temporada alta, en una aerolínea de bajo costo el trayecto puede ser de 70.000 pesos, con impuestos y equipaje.
“Estamos abiertos a generarles todas las condiciones a las aerolíneas en fase de conformación, siempre y cuando ofrezcan seguridad, cumplimiento y buenas tarifas”, agregó.
William Shaw, presidente de VivaColombia, sostiene que la visión de la empresa es que se pueda volar a bajo costo. “Solo que los colombianos nos digan a dónde quieren ir, lo estudiamos y les planteamos los precios”, dice.
En los siete primeros meses, la compañía transportó 2,2 millones de pasajeros, con un crecimiento del 18 por ciento con respecto a igual periodo del 2015, lo que, según Shaw, indica que la gente quiere viajar en avión.
“Con la paz tendremos más territorio para el turismo. Se estima que el crecimiento de la industria estará en dos dígitos y será uno de los motores de desarrollo en las regiones víctimas del conflicto”, sostiene María Claudia Lacouture, ministra de Comercio, Industria y Turismo.
El director de la Asociación del Transporte Aéreo en Colombia (Atac), Gilberto Salcedo, señala que los tributos están impactando el ahorro que obtienen los usuarios con la mayor competitividad de las tarifas.
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Ello, debido a que en los últimos cuatro años la tarifa promedio de los pasajes en las rutas troncales ha caído 17 por ciento, lo que significa que el valor del kilómetro por pasajero es de 10 centavos de dólar, llevando a Colombia a ocupar el segundo lugar en Latinoamérica con mejores precios, después de Brasil.
“Si bien tenemos la certeza y la evidencia de que las tarifas han caído por efecto de la competencia de nuevos operadores de bajo costo, las cargas impositivas no permiten que los usuarios gocen tanto de estos beneficios”, explicó.
La carga impositiva (con sobretasas) alcanza 50 por ciento del valor del tiquete.
El presidente de Easy- Fly, Alfonso Ávila, afirma, por el contrario, que el mercado aéreo se ha desacelerado porque a julio el transporte de pasajeros por esa vía creció 5,7 por ciento.
La compañía no se considera de bajo costo sino de alta eficiencia, porque no ofrece tarifas más competitivas recortando servicios a los clientes, como comidas a bordo, o el transporte en el número de maletas.
54 por ciento no ‘conoce’ el avión
Un estudio de la firma de análisis de mercados Raddar indica que los colombianos que han viajado por avión llegaron a 46,3 por ciento en el 2016.
También revela que, del total de ciudadanos, 1 de cada 3 ha viajado, pero solo hacia destinos nacionales, mientras que el restante 12,5 por ciento se lo reparten entre aquellos que combinan sus trayectos en nacionales e internacionales, y los que han tomado rumbo hacia el exterior.
Además, los hombres superan a las mujeres en número de viajes (58,4 de los que sí han viajado son del sexo masculino), lo cual muestra un perfil de pasajero enfocado en hombres mayores de 46 años, de estrato alto (sobre todo del 6) y de origen paisa.
Además, el estudio de la firma de análisis Raddar halló que el factor económico continúa siendo el más influyente a la hora de no abrir la posibilidad a las personas a que se transporten por vía aérea, luego de que se hallara que poco menos del 87 por ciento pertenece al estrato uno.
Por ello, si bien las tarifas han disminuido en los últimos años –y se pueden encontrar vuelos por valores iguales y hasta menores a los de agencias de viaje por carretera–, ese medio de transporte continúa siendo inasequible para colombianos de bajos recursos.
La consultora agrega que el perfil del viajero colombiano se caracteriza por dos factores: ser hombre y tener más de 46 años.
Además de ser hombres mayores de esta edad, los más perfilados a ser viajeros frecuentes son aquellos habitantes de Medellín de estrato socioeconómico más alto (entre el 5 y el 6).
Los bogotanos que viven en estrato 3 y tienen más de 46 años son los más propensos a recorrer Colombia.
La brecha entre los dos sistemas abre, entonces, oportunidades.
ROLANDO LOZANO GARZÓN
Redacción Economía y Negocios