La línea ente la ficción y la realidad es difusa en la más reciente película del realizador caleño Óscar Ruiz Navia: 'Epifanía' es su tercer largometraje que, esta vez, codirige al lado de la sueca Anna Eborn.
“Es una película un poco mística, una madre que muere y resucita en el cuerpo de otra mujer. Es muy sensorial. Hay momentos de dolor, de nostalgia, te lleva por muchos momentos y sensaciones”, explica Ruiz acerca de su película que se exhibe por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Busán, en Corea, en el apartado World Cinema que está dedicado a las mejores obras no asiáticas del año.
'Epifanía' es el resultado de un programa del laboratorio de historias que organizó el Festival de cine de Copenhague (Dinamarca) en el 2013 y que buscaba unir en un proyecto a un director nórdico con uno latino.
“Lo que hicimos fue compaginar nuestras historias. Trabajamos durante mucho tiempo en la escritura del guion”, agrega el cineasta colombiano.
La película ya tuvo su primera exhibición en Corea el 8 de octubre y repetirá este miércoles 12 y el viernes 14, un día antes del cierre del certamen. El Festival de Busán no es competitivo, pero es el mercado cinematográfico más grande de Asia.
“Es una pequeña película en una vitrina gigante. Sin quererlo esta historia es muy oriental, espiritual, con los rituales de la muerte”.
Ruiz Navia es el director de 'El vuelco del cangrejo', su primer largometraje que recibió el premio de la crítica internacional Fipresci en la sección Forum, del Festival de Cine de Berlín del 2010. Tres años después, en Cannes su corto 'Solecito' fue escogido para formar parte de la Quincena de Realizadores.
Su más reciente distinción fue en Locarno, en el 2014, donde su película 'Los hongos' obtuvo el premio especial del jurado.
Adicionalmente, el realizador y productor participa en la sección especial que el festival coreano ha dedicado para exaltar la producción y el legado del Grupo de Cali.
'Cali Group: Root of Colombian Cinema' exhibirá los largometrajes 'Pura sangre' (1982) 'Todo comenzó por el fin' (2015) de Luis Ospina; 'Carne de tu carne' (1983) y 'La mansión de Araucaima' (1986), de Carlos Mayolo; 'La sangre y la lluvia', de Jorge Navas (2009), y 'Que viva la música', de Carlos Moreno (2014). Además, una selección de cortometrajes dirigidos por Mayolo y Ospina.
“Nosotros somos hijos de lo que comenzaron ellos. Mi generación tiene otro tipo de preocupaciones pero se comparten cosas como el deseo de usar un lenguaje distinto, hacer un cine no conformista o que repite modelos, y que va más allá del reconocimiento mediático. Es casi de artesanal porque cada día se construye un pedazo”, dice Ruiz.
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