Que el deporte y la recreación en Cali tengan un ‘mínimo vital’ como el agua, es la línea que se gesta desde la Secretaría de Deporte y la Recreación.
Una meta es recuperar el manejo y la infraestructura de esos escenarios , dice el titular de esa dependencia, Silvio López, quien explica los pasos para un revolcón y un mayor servicio a la ciudad.
¿Cómo opera lo del mínimo vital del deporte?
De dos maneras, la primera con infraestructura deportiva, la segunda es el fomento deportivo, es decir, crear programas donde el caleño sea tenido en cuenta en todas las edades, y que puedan acceder a actividades gratuitas.
¿Cuántos escenarios deportivos hay en Cali?
En la ciudad contamos con 588 escenarios, avaluados en billones de pesos.Por eso debemos tenerlos bien, no podemos ser como “el perro que se muerde la cola y nunca la alcanza”, construyendo escenarios a cada rato y olvidando los que se están dañando.
Es por eso que con el Alcalde acordamos que vamos a terminar lo inconcluso y a cuidar lo que ya está.
¿Cuánto puede costar un escenario deportivo?
Nada más un polideportivo está entre los 5 y 6 mil millones de pesos con todas las adecuaciones, es decir, cancha sintética, piscina, kiosko y una cancha. En la ciudad contamos con 1.400 equipamientos deportivos, cifra superior a la de Medellín y con menos dinero. La idea es tener en cuenta a las personas, para un acercamiento a la comunidad vamos a fomentar el deporte en 13 programas aprovechando los escenarios que hay en tres ámbitos de acción: Deporte, actividad física y recreación.
Estos programas favorecerán a los caleños de todas las edades. Se tomarán en cuenta los nuevos deportes extremos, a personas en situación de discapacidad, se harán carreras de gran talla deportiva pero gratuitas y así eliminaremos la mentalidad de que “si no es pagado no es de calidad”.
¿Cuánto invertirán en los polideportivos?
Se espera intervenir 20 en esta administración, hasta 2.000 millones en maderamen, salón de baile, televisores, chorros de agua para los niños y adecuación de zonas verdes para ponerlos al más alto nivel.
Hay polémica por la tercerización de escenarios.
Queremos ser proveedores de empleo, ya no queremos tercerizar más nuestro presupuesto, la Secretaría se convirtió en una ‘cajita’ que recibía el recurso de Hacienda y se iba en contratos con fundaciones y demás, como si nosotros no supiéramos hacer deporte, estábamos basados en un grupo de abogados buenos para hacer contratos, la plata se nos iba en impuestos y las ganancias de los terceros. Esperamos el otro año tener a 1.400 personas empleadas en esta Secretaría.
Ya no seremos más un ente administrador.
¿Y los terceros?
La infraestructura deportiva se privatizó y terminó en manos de las ligas, juntas de acción comunal, fundaciones y personas del común. Los estamos retomando a través de convenios de asociación, donde seremos socios de los administradores y les limitaremos las horas del uso y van a garantizar buenas condiciones.
¿Hubo abusos?
Uno de ellos se ve en las canchas sintéticas, en la ciudad tenemos 60 que le pertenecen a la administración. Los terceros, por una hora de alquiler, cobran desde 70 a 90 mil pesos.
A los 3 o 4 años que se les dañaba se comunicaban con la Alcaldía para que las arreglaran, invertíamos hasta 200 millones y se les devolvían. Es un sistema perverso donde la plata de los caleños se perdía, por eso vamos a unos acuerdos donde se les dará unas horas a los terceros el resto será público.
¿Cómo se hará este cambio de políticas?
Esperamos que al 2017 ya se haya implementado todo, se hará de una manera gradual, no podemos llegar a romper procesos. Eso sí, con carácter pero sin atropellar a los demás.
Se contratarán personas para que hagan verificación y que los escenarios deportivos sean de la gente para la gente.
¿Y los proyectos de las personas o entes?
Estas son recogidas y tomadas en cuenta, pero sobre todo las personas serán protagonistas, las contrataremos. Ya no queremos ser la Secretaría que en ‘hojitas’ recibía propuestas para contratar por 2 o 4 meses, como pagando favores. Buscamos es contratar a la persona para que tenga continuidad en un proceso.