El deporte nos identifica y nos une. Tenemos otro triunfo del ciclista Fernando Gaviria al imponerse en la clásica París-Tour. Qué bien que los cafeteros, como los llaman en el exterior, pongan en alto el nombre de Colombia. Nuestros pedalistas, que los hay muy buenos y en cosecha, tienen que recibir el máximo apoyo. Ojalá volviéramos a tener un equipo nacional en las grandes carreras. El fútbol también nos pone a vestir la camiseta amarilla. Fuerza, Colombia, hoy en Barranquilla. Un triunfo nos llenará de alegría, bajo esa magia del deporte, que nos hace más llevaderos tantos sinsabores.
Ángel María Aguilar
Trabajar con sensatez
Señor Director:
Gracias, Presidente, por haber “trabajado mejor por la fraternidad, la abolición de la guerra y la celebración y promoción de los procesos de paz”. Por haber deseado para los demás la búsqueda del entendimiento como meta de vida. El mundo espera que resolvamos civilizadamente nuestras diferencias. Entendamos a la oposición y a las mismas Farc, según el pensamiento universal de Kant en ‘Sobre la paz perpetua’: un acuerdo de paz no debe contener cláusulas que puedan provocar una nueva guerra. Hay que trabajar con sensatez sobre lo pactado, con magnanimidad y transparencia de lado y lado. Las víctimas, la miseria y los hijos de todos los bandos esperan buenas nuevas.
Carlos H. Quintero B.
Sí, No e indiferentes
Señor Director:
Le debe quedar claro al país que los que votamos por el Sí, los 6’377.482, no somos seguidores ni afectos a las Farc, sino que vimos una gran oportunidad de poder cambiar el destino de este país y la posibilidad de un mejor porvenir para las nuevas generaciones, sin violencia, dolor, ni tantas víctimas y atrasos, que es lo que causa esta guerra sin fin. Y los que votaron por el No, los 6’431.376, no son el capital político del Centro Democrático ni del uribismo. Fue un oportunismo, son personas que no han podido sacar de sus sentimientos todo el daño que ha causado el grupo subversivo, de una parte; y otra, guiados por sus dirigentes, pero sin digerir las consecuencias de esto. Los 22’091.087 (62,57 %) que no votaron son personas que están de espaldas al país y les da lo mismo que llueva o que haga sol. Esa es nuestra idiosincrasia, traducida en una apatía de las grandes decisiones en las cuales deberíamos tomar partido la mayoría de los colombianos.
Gerardo Prada Ahumada
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Señor Director:
Siendo el plebiscito el mecanismo más puro de una democracia, no se entiende por qué intentan endilgarle el triunfo a un sector político, como si los que decidieron por el No adolecieran de la capacidad y el intelecto para asumir de manera autónoma esa responsabilidad. Ofende e indigna esta situación, sobre todo para aquellos que lo hicieron a conciencia y ni siquiera se sienten identificados con ninguno de los llamados opositores.
Wadid de Jesús Arana Delgadillo
Cartagena de Indias
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