Toda una telenovela en la que primaron las acusaciones de infidelidad y acoso sexual. En eso terminó convertido el segundo debate entre el magnate neoyorquino Donald Trump y la candidata demócrata Hillary Clinton anoche en la ciudad de San Luis, Misuri.
Tanto que la mayoría de las cadenas y medios pidieron a los padres no dejar que sus hijos vieran el intercambio.
Desde el primer minuto, el debate se centró en un video revelado por el diario 'Washington Post' en el que Trump habla en términos vulgares de las mujeres. Aunque el tema lo plantearon los presentadores, Clinton aprovechó el momento para golpear a Trump.
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“Ese video representa exactamente lo que Trump es, lo que piensa de las mujeres, lo que les hace. Pero no solo es eso. Están los ataques a los inmigrantes, latinos, musulmanes. Una persona que no tiene carácter ni categoría para ser presidente de EE. UU.”, sostuvo la exsecretaria de Estado.
Trump intentó pasar la página con rapidez al ofrecer disculpas y calificando sus palabras en el video de una “conversación de vestuario”. De hecho, intentó nivelar las cargas con un golpe bien bajo. Invitó al debate a tres mujeres que dicen haber sido abusadas por el expresidente Bill Clinton y a otra según la cual Hillary defendió al hombre que la abusó.
Los tres casos –Paula Jones, Juanita Broaddick y Kathleen Willey– llevan más dos décadas dando vueltas. Uno de ellos –el de Broaddick– ni siquiera fue tenido en cuenta durante el juicio de destitución contra Bill Clinton por considerarlo no creíble.
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“Lo mío son solo palabras. Pero Bill Clinton ha sido la persona que más ha abusado a las mujeres, y acá están cuatro. Es una vergüenza”, dijo el magnate, quien se mostró desafiante durante el debate.
Trump llevaba varias semanas amenazando con recurrir a esta explosiva estrategia como respuesta a los ataques de la ex primera dama por su trato hacia las mujeres.
No es muy claro, sin embargo, si resultará efectiva en algo, pues Hillary también fue, primordialmente, víctima de las andadas de su esposo.
A la cárcel
En otro caldeado momento, Trump amenazó con nombrar a un investigador especial tan pronto llegue a la Casa Blanca para que mire el caso de los correos que Clinton envió desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado.
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“Va a terminar en la cárcel”, le dijo el magnate. En otro momento llamó a Hillary Clinton “el diablo”.
Clinton, por su parte, le sacó a colación las decenas de republicanos que lo están abandonando.
Tras la primera media hora, el debate pasó a temas más profundos como la guerra contra el grupo Estado Islámico, donde ambos presentaron una visión muy diferente, y el futuro del seguro social y médico.
Trump intentó responsabilizarla por el surgimiento del grupo terrorista y llamó su gestión en el departamento de Estado como un “desastre”. También insistió en que su rival llevaba 30 años prometiendo cosas que no cumplía.
La candidata, por su parte, repitió una y otra vez que Trump mentía de manera descarada y se burló del magnate por vivir en un “universo paralelo”.
Al final y cuando les pidieron decir algo bueno de su rival, Trump dijo admirar la capacidad de lucha de Hillary y que nunca se rinde. Clinton le dijo que respetaba a sus hijos.
Abandonos importantes
Trump llegó a la cita de San Luis envuelto en la que, sin duda, es la peor crisis desde que recibió la nominación del partido Republicano a finales de julio.
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Ya de capa caída tras su contundente derrota (ese fue el consenso general) en el primer debate con Clinton, y otra serie de metidas de pata a lo largo de las últimas dos semanas, el magnate quedó casi en coma luego de que el 'Washington Post' hizo público el video.
Casi todo el partido, incluido su fórmula a la vicepresidencia, Mike Pence, y hasta su esposa Melania, condenaron sus comentarios soeces. Además de que no menos de 50 líderes políticos, entre senadores, representantes a la cámara y gobernadores, le retiraron su apoyo.
Paul Ryan, el presidente de la Cámara de Representantes, lo desinvitó a un evento en Wisconsin en el que ambos compartirían tarima este sábado. En su lugar, la campaña nombró a Pence, pero el candidato se negó a participar alegando que solo Trump podía explicar sus comentarios.
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Y algunos, entre ellos el senador John Thune, le pidieron abandonar la carrera por la presidencia y ceder el puesto a Pence.
Una opción que estaba siendo considerada en serio hasta por el Comité Nacional Republicano, que suspendió todo su esfuerzo por Trump, mientras evaluaba la nueva situación.
Trump, mal en las encuestas
Y las encuestas tampoco lo favorecen. En el promedio de encuestas de Real Clear Politics, Clinton le saca más de 5 puntos. Y de los 10 últimos sondeos realizados, la ex secretaria de Estado aparece de primera en nueve de ellos con por lo menos esa misma ventaja (en el de Reuters-Ipsos la diferencia ya es de 7 puntos).
El magnate, sin embargo, fue enfático en que “jamás” abandonará la candidatura. Por supuesto, esta carrera ha demostrado ser una montaña rusa y nadie descarta de plano que Trump pueda recuperarse.
De hecho, su desempeño en el segundo debate fue muy superior a su primer intercambio, pues logró resaltar las falencias de Clinton y la forzó a defender su récord como senadora y secretaria de Estado.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington.
En twitter @sergom68