Pese al avanzado deterioro que presenta la calle 146F del barrio Casablanca, norte de la ciudad, las quejas de los vecinos y las dificultades que sufren conductores y transeúntes para pasar de la carrera 75 a la 76, la alcaldía local de Suba afirmó que por ahora esta vía no será intervenida.
La no ejecución de los trabajos de mantenimiento se debe a que en el sector existe una “posible invasión de espacio público por parte de una urbanización colindante con la calle 146F”, asegura la alcaldía local.
Es decir, hasta que no se solucione el problema de invasión de la urbanización, el corredor no hará parte del inventario de bienes del Distrito, “por lo cual es inviable destinar recursos públicos para un trazado vial que aún aparece como privado”, aseveró la administración local.
Y es que según la Unidad de Mantenimiento Vial, el tramo de la calle 146F entre las carreras 75 y 76, pasando por las 75A, 75B y 75C, lo componen seis segmentos viales, dos de los cuales “están reservados para intervenir por el Fondo de Desarrollo Local de Suba”, de acuerdo con la entidad.
De cara a la situación, desde la alcaldía local expresaron que “con el ánimo de mejorar las condiciones de movilidad del sector se evaluará la capacidad técnica y financiera para generar una acción de movilidad”.
Según los conductores que a diario transitan la vía, el problema radica en el número de maromas que se deben hacer para poder superar los cráteres de la calle 146F que la comunidad de esta zona pide tapar con urgencia.
Son varios los letreros, hechos por los residentes, que advierten del mal estado de la vía y su descontento con las autoridades por la falta de mantenimiento a esta calle. En la polisombra que hay a un lado de la vía se lee: “Gracias alcaldía de Suba por negarse a pavimentar. Huecos y más huecos. ¡Comunidad, a reclamar!”
Los cráteres son de tal magnitud que solo las camionetas pueden pasar. Los vehículos pequeños tienen que buscar otras vías. “A esta calle la he denominado ‘la subida del gato’, por las peripecias que toca vivir para poder pasar por ella”, afirmó el conductor Carlos Boada, quien añade que en las mañanas se forman enormes trancones por su pésimo estado.
Los peatones también tienen que transitar con precaución porque deben esquivar los huecos y a la vez estar pendientes de los vehículos debido a falta de andenes. “Esta calle es un calvario; cuando llueve se vuelve un lodazal, y sin botas no se puede pasar. Ya varias personas se han caído”, dijo Lorena Romero, habitante de Casablanca.
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