La sofocante mañana del sábado presagiaba una tarde cargada de rock, salsa y mucho consumo de líquido para saciar la sed.
Pero al comenzar la tarde unas nubes negras se posaron sobre la ciudad y despacharon unas leves lluvias que anunciaban un festival pasado por agua.
Las nubes refrescaron la tarde, el aguacero se contuvo y los asistentes empezaron a llegar al parque Los Fundadores en Villavicencio, donde encontraron el mercado de arte con muchos productos de tendencia realizados por diseñadores y artistas locales.
Al mismo tiempo, en una plataforma bandas de diferentes géneros y Dj cautivan a los asistentes con su música, en medio de una verdadera experiencia cervecera en un ambiente verde y natural muy atractivo.
Y mientras unos se acomodaban en los cojines puestos sobre el prado frente a la tarima central, otros recorrían el mercado de arte que ofrecía la feria en la que la pintura corporal en sus distintas modalidades atraía a los asistentes.
En un local, al aire libre, Óscar salpicaba de pinturas de distintos colores y tonalidades una tina de agua, que luego llenaba de figuras con un pincel, enseguida tomaba el brazo de la persona la consumía sobre el agua y la pintura le quedaba impregnada sobre la piel.
En el último local, una modelo con el torso desnudo dejaba que el pincel de un artista desplegara todo su arte sobre su cuerpo, mientras que otros dos jóvenes dejaban que tatuadores les esculpieran su piel.
A la media noche mientras la orquesta La 33 se instalaba en la tarima las nubes no aguantaron más y el aguacero se despachó sobre el parque Los Fundadores que en ese instante se encontraba abarrotado de asistentes.
La lluvia amainó y empezaron a sonar las notas de la salsa mezclada con ritmos urbanos de los temas ‘Soledad’, ‘La pantera mambo’ y ‘Qué rico boogaloo’, con el que los asistentes empapados se embriagaron de música, alegría y euforia.
LLANO SIE7EDÍAS
@nelard1