“Yo no soy un ecologista. Me inspiré y prácticamente de forma irresponsable dejé vagar la imaginación sobre ciertas cosas de la Amazonia”. Jonier Marín (1946) se refiere así a ‘Amazonia Report’, exposición que tuvo hace 40 años en la Pinacoteca de São Paulo (Brasil) y que este lunes se ‘reinstala’ –como él dice– en Flora ars+natura (Bogotá).
Todo empezó en 1968. Quería irse a Francia pero no tenía plata para tomar un avión. Así que se fue a Leticia, de ahí a Brasilia y luego a Río de Janeiro.
Empezó a publicar textos, presentó algunas obras y dos años después se fue a Europa. Interesado en teóricos como Iván Illich o Claude Lévi-Strauss, conoció a este último en una conferencia que este dictó en París en 1974. Le quedó sonando eso de hablar sobre el Amazonas y, como toda buena idea que requiere tiempo, empezó a ingeniárselas para hablar del tema.
Al volver a América le propuso a Aracy Amaral, directora de la Pinacoteca de São Paulo, hacer una muestra allí. La realizó en octubre de 1976.
Intervino fotografías de edificios de esa ciudad con pintura verde que chorrea de sus techos, como la savia de los árboles, y presentó dibujos basados en ‘La vorágine’, de José Eustasio Rivera, y en un reporte de ‘sir’ Roger Casement sobre el cruel episodio de explotación de los indígenas por empresas caucheras, entre otras piezas.
Y recreó una instalación, ‘Hylea’, que se expone en Flora, con elementos que para él simbolizan cómo quedaría la selva amazónica tras tanta explotación: “Como el vestigio de un sueño”, dice.
Un punto que le llamó la atención de su viaje fue la alteración del paisaje por el ser humano en dicha zona: la Rodovia Transamazônica (BR-230), que atraviesa los estados de Ceará, Maranhão, Pará, Paraíba, Piauí, Tocantins y el Amazonas.
“Se suponía que esa ruta, que iba a transformar el medioambiente, también le iba a dar trabajo a mucha gente e iba a poder llevarla del nordeste a una región donde podrían trabajar. La desilusión fue casi inmediata. Al establecerse las empresas, se diezmaron los pueblos, aunque han tomado precauciones”, dice.
Esa situación se representa en uno de los ‘collage’ que expone: en medio de un paisaje amazónico, una pareja es separada violentamente por la carretera, que es símbolo del progreso.
Marín –que vive en Europa y espera exponer más seguido en el país– considera que la muestra en Flora “contiene la misma fuerza e intención original”. Una que plantea un debate pertinente, pues lo cierto es que nunca sobrará mostrar, haciendo uso de múltiples lenguajes, la importancia de conservar esta región.
Algunas de sus obras están en colecciones como las del Museo de Arte Moderno de Medellín, La Tertulia (Cali) y el MamBo. Se han visto en muestras como ‘Coordenadas: historias de la instalación en Antioquia’ y en ‘Referentes’, sección de Artbo del 2014.
Otras exposiciones para reflexionar sobre el tema
‘Amazonia Report’ se expone junto con dos muestras más que abordan asuntos relacionados con el vínculo entre arte y naturaleza: ‘Segunda naturaleza. Gráficas y abstracciones de lugar’, de Raimond Chaves y Gilda Mantilla, que trata, principalmente, el tema de la selva y su representación. También está Gallada Lab, un proyecto de arte sonoro de Alberto Baraya y Sylvia Jaimes y que se desarrolló a partir de los archivos de sonidos de especies de pájaros del Cornell Lab of Ornithology, de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos.
¿Cuándo y dónde?
Hasta el 18 de noviembre. Flora ars+natura. Calle 77 n.° 20C-48. Bogotá. Lunes a viernes de 2 a 6 p. m. Sábados con cita previa. Teléfono: 675-1425. Gratis.
MARÍA ALEJANDRA TORO VESGA
Cultura y Entretenimiento