El Nobel otorgado al presidente Juan Manuel Santos expresa el fuerte apoyo de la comunidad internacional a un hombre determinado en poner fin al conflicto armado, pero también envía un mensaje a todos los colombianos de que es posible alcanzar la paz.
“Es un espaldarazo impresionante al Presidente”, dijo el experto en conflictos Ariel Ávila. Pero “es una presión que se les mete también al ‘No’ y a diferentes sectores para que no dilaten la hoja de ruta” del proceso de paz hasta la elección presidencial del 2018, explicó este analista de la Fundación Paz y Reconciliación.
El Presidente “salió debilitado después del plebiscito del domingo pasado y la oposición estaba actuando con mucho poder, hasta soberbia”, aseguró, por su parte, Marc Chernick, politólogo y profesor de las universidades de Georgetown y Los Andes, que estimó que ahora el panorama va a cambiar.
Para el analista francés Frédéric Massé, el Nobel “es mucho más que un premio de consolación. Es verdaderamente un mensaje a los colombianos de continuar la negociación e intentar asumir una posición para terminar la confrontación” con las Farc.
“Esto va a depender de la capacidad de los dirigentes políticos de verdaderamente poner su ego un poco de lado y encontrar la solución”, dijo el experto.
Ávila dijo, también, que el premio “no resuelve el problema. Necesitamos todavía construir la hoja de ruta, encontrar algún camino, presionar al Centro Democrático”.
Para Massé, también hay un riesgo de “polarizar aún más a la clase política” en Colombia. Chernick, sin embargo, es más optimista. El Nobel “va a ayudar mucho a Santos”, dijo, explicando que “es un salvavidas simbólico, que va a movilizar todos los actores dentro de la sociedad y dentro de la comunidad internacional, y hasta dentro de los partidos políticos” para apoyar al Presidente.
“Hay que encontrar una hoja de ruta para solucionar la crisis”, destacó a su vez Ávila, según quien “hay distintas alternativas, pero todas son de un costo político alto”: renegociar el texto de 297 páginas, convocar una asamblea constituyente, un pacto nacional, un nuevo plebiscito o ignorar el resultado de las urnas.
Para este experto, en cualquier caso se va a requerir “mucha valentía política y mucho respaldo popular”. “Es una bocanada de aire que le dan al Presidente, y él debe saberla capitalizar”.
En tanto, Chernick resaltó que “ya ha habido una gran movilización en el país”, con las marchas por la paz que han convocado a decenas de miles de personas. “Lo que faltaba era exactamente lo que sucedió con este premio, es decir, un gran respaldo de la comunidad internacional para redirigir, enfocar la luz internacional en el proceso de paz de Colombia”, concluyó.
EL TIEMPO