Richard Nixon dijo: “Un hombre no está acabado cuando lo derrotan, está acabado cuando se rinde”. Al presidente Santos, que ha sido honrado con el Nobel de Paz –lo que a muchos colombianos nos llena de alegría–, se le puede aplicar esta filosófica frase. A pesar de la derrota del domingo, al día siguiente continuó con su tesonera labor en la búsqueda de la paz y, con ejemplar humildad, acudió al encuentro de los causantes de esa situación. Esta es una de las tantas razones que quizás tuvo el Comité del Nobel para otorgárselo; su tenacidad y constancia permanentes pesaron en el otorgamiento del premio.
Luis León Galeano Garavito
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Señor Director:
A pesar de ganar el No en el plebiscito para la refrendación de los acuerdos de paz con la guerrilla de las Farc, el Comité Nobel del Parlamento Noruego otorgó al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón, el Premio Nobel de Paz 2016, galardón creado en 1901. Sin ser santista, celebro el Nobel de Paz para el Presidente, quien se la jugó contra viento y marea, con yerros y aciertos, para ofrecer un nuevo amanecer a un país dolido y triste, tras 52 años de lucha contra las Farc. Invitamos a la guerrilla del Eln a desmovilizarse. Colombia sería un país ideal si se legalizara de forma controlada el negocio de la cocaína de la misma manera que el del alcohol. Bienvenido el Premio Nobel de Paz, es un bálsamo entre tanta violencia y polarización política.
Helena Manrique Romero
Las marchas de los jóvenes
Señor Director:
Como patrióticas me atrevo a calificar las movilizaciones que los jóvenes de universidades públicas y privadas de Bogotá y otras ciudades han iniciado con el propósito de exigir la pronta convergencia de voluntades por la paz en nuestra querida Colombia. Los jóvenes habían permanecido un poco apáticos frente a la eventualidad de asegurar un futuro en paz, pero las circunstancias hicieron que se pronunciaran y lideraran con expresiones de preocupación y apoyo como: ‘paren la guerra’, ‘acuerdo ya’, ‘silencio por la paz’ y otras que contaban con la acogida y el aliento de los ciudadanos que se cruzaban en el recorrido. Estas movilizaciones no tienen color político ni tendencia ideológica, son el clamor de quienes serán las principales víctimas de esta irracional violencia. Apoyémoslos.
Gerardo Dussán D.
Reabran el San Juan
Señor Director:
Le vuelve a uno el alma a cuerpo al ver que el Hospital San Juan de Dios, o parte de él, comienza a funcionar para lo que nació este centro histórico de la medicina en Bogotá. La prestación de servicios de salud especializa allí debe ser prioritaria. No puede ser que semejante hospital siga en ruinas, con equipos valiosos desperdiciados. Que volviera a funcionar plenamente, especialmente para las localidades del sur, sería una maravilla cuando la salud sigue en crisis. ¿De qué depende?
Dagoberto Castaño P.
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