A la espera de la pronta recuperación de Niní Palomino Rocha, la mujer que fue herida de tres balazos en medio de una riña familiar entre su esposo e hijo, de 16 años, y que los dejó muertos a ambos, están los investigadores de la Policía Metropolitana de Barranquilla. El objetivo es que su testimonio sirva para esclarecer lo sucedido la tarde del pasado martes 4 de octubre en el barrio El Valle, del suroccidente de la capital del Atlántico.
La mujer, de 34 años, permanece recluida en la clínica La Merced de esa misma ciudad, con tres heridas de bala en el abdomen. Presenta perforaciones en el intestino grueso y delgado, por lo que ha tenido que ser sometida a varias intervenciones quirúrgicas.
De acuerdo a la reconstrucción de los hechos, eran las 6:30 de la tarde de ese martes cuando el silencio fue interrumpido por las detonaciones de armas de fuego, como si se tratara de una balacera dentro de la vivienda donde ocurrió la tragedia familiar.
Segundos más tarde, Gustavo Vargas Buitrago, comerciante y prestamista conocido como ‘El Gavilán’, fue encontrado por un vecino, sangrando en el suelo con una herida de bala, por lo que fue trasladado a la clínica Vidacoop, donde llegó sin vida. (Lea también: Riña en Barranquilla dejó a madre herida y padre e hijo muertos)
Su hijo fue hallado con tres tiros en un costado y el tórax, y también fue auxiliado por otros vecinos, que, junto con su madre, lo llevaron a la clínica La Merced, donde también ingresó muerto.
Se conoció que la hija menor de la pareja, de 7 años, por fortuna, no se encontraba en la casa durante el violento episodio, dado que en ese momento recibía clases de refuerzo.
Pedro Martínez, tío de Palomino, contó en las afueras de La Merced que hasta el momento no tiene una hipótesis clara de lo que ocurrió. Sin embargo, relató que la pareja se iba a casar en diciembre próximo y para lo cual ya se encontraban en los preparativos para la ceremonia. “La verdad, para nosotros es una sorpresa esto, él vivía muy enamorado de su esposa y de su familia”, dijo el hombre.
Sin embargo, Martínez no pudo ocultar frente a los comunicadores que la relación entre padre e hijo era bastante complicada, dado que el adolescente se encontraba en una etapa de su vida en la que prevalecía la rebeldía.
“Mi sobrino, como adolescente que era, presentaba un cuadro de rebeldía con su papá y creo que pudo ser por ahí. Siempre que él regañaba al joven, mi sobrina intervenía para defenderlo y eso pudo desatar el problema en general”, anotó.
Lo cierto es que la Policía encontró dos pistolas dentro de la casa familiar.
Por lo pronto, según contó el coronel Jesús de los Reyes, comandante operativo (e) de la Policía Metropolitana de Barranquilla, se sabe que las dos muertes fueron consecuencia de una discusión que comenzó entre padre e hijo, luego de que el primero regañara al segundo.
Para el alto oficial, la situación pudo salirse de control, pero serán las autoridades las que trabajan para establecer si se trató de fuego cruzado entre las dos víctimas o fue uno de ellos, el padre, quien primero atentó contra su hijo para después quitarse la vida.
De los Reyes, anotó que “todo parece indicar que el padre disparó y luego accionó el arma también contra su humanidad”.
Habitantes del sector aseguraron que las peleas entre los padres por el adolescente eran constantes y que Vargas celaba a su pareja.
BARRANQUILLA