En próximos días, una comisión de conciliación del Congreso de la República empezará su tarea para armonizar los dos textos que fueron aprobados (en Cámara y Senado) en los debates finales del proyecto de ley de licores. (Lea también: Ley de licores pasa a conciliación en el Congreso)
La idea, según expresó la viceministra de Hacienda, Ximena Cadena, es que se logre un acuerdo durante la próxima semana, de manera que las dos cámaras legislativas puedan aprobar un solo texto, el definitivo.
“La misión de la comisión de conciliación es abordar uno a uno cada artículo y escoger el que va a quedar en el texto. Cuando se tenga un solo documento, las plenarias votarán, pero ya sin más debates”, explicó la funcionaria.
De 43 artículos que tenía el texto del proyecto de ley de licores aprobado en último debate en la plenaria del Senado –con el cual se busca modificar el monopolio rentístico y transformar el impuesto al consumo de licores, vinos y aperitivos– 18 fueron modificados y dos, eliminados.
El peldaño de la conciliación será el último que tendrá que librar el proyecto, antes de pasar a sanción presidencial y convertirse así en ley de la República.
Según Cadena, si bien hubo muchos cambios, en su mayoría fueron aclaratorios, porque los puntos gruesos no son más de cinco. Uno de los más sustanciales es el de la baja en la tarifa impositiva para los vinos, lo que, sin embargo, no afectará el incremento en el recaudo, previsto en 400.000 millones. (Además: Licoreras, pendientes de proyecto que aumentaría 19 % sus rentas)
Precisamente, la viceministra fue una de las que más dio la pelea para que se mantuviera la propuesta inicial, de gravar todos los licores por igual, con un impuesto ad valorem de 25 por ciento y uno específico de 220 pesos por cada grado alcoholimétrico.
Según sus argumentos, esto permitía equidad, pues las bebidas alcohólicas más costosas, incluyendo vinos, aportarían más.
No obstante, en la plenaria del Senado, los parlamentarios lograron imponer la proposición según la cual los vinos tendrán una tarifa diferencial de 20 por ciento ad valorem y de 150 pesos en el específico. “El Gobierno propuso una fórmula intermedia para que los vinos quedaran aportando la tarifa del 25 por ciento ad valorem y se les bajara el impuesto específico a 125 pesos, lo que finalmente no pasó”.
Según Cadena, “esa fórmula era la mejor para los vinos nacionales, que son más baratos y, por tanto, no les pega tanto el impuesto ad valorem, mientras que el específico sí les ayuda mucho más que a los vinos caros, que son los importados”.
Otro de los puntos que tendrán que conciliar en el Congreso es el de la salvaguarda del aguardiente, a la que se le agregó un inciso para que se proteja también el ron. La viceministra aclaró los mitos alrededor de este aspecto.
En el caso del aguardiente, el proyecto establece que “los departamentos que ejerzan el monopolio de la producción directamente o por contrato quedan facultados para suspender la expedición de permisos para la introducción de aguardiente, nacional o extranjero, en sus respectivas jurisdicciones”.
El proyecto señala que “dicha suspensión no podrá ser superior a 6 años”.
Esa salvaguarda se aplica además a las importaciones de aguardiente y se establece para proteger a la industria nacional.
De este punto aclaró la viceministra que “la salvaguarda no es solo por 6 años; puede ser prorrogable en cualquier momento”. Y para el ron no operará igual que para el aguardiente. “La del ron la puede poner el Gobierno, no los departamentos. La del aguardiente sí es potestad de las regiones”.
Un artículo que propuso la destrucción de envases de licor, tras su consumo, fue eliminado del texto.
¿Y quién recibirá el recaudo del IVA?
El cobro de un IVA del 5 por ciento a todos los licores fue otro de los puntos modificados, el cual también aclaró la viceministra Ximena Cadena. Este IVA, que podrán descontar los productores nacionales sobre lo que pagan en insumos, iba a ser recaudado por la Nación, pero los senadores pidieron que lo pudieran recaudar las regiones.
Según Cadena, como de parte de la industria nacional no aportará a la bolsa de recaudos tributarios, la modificación introducida permite que, “si llega a quedar plata, el Gobierno lo destinará a aseguramiento en salud con destino a los departamentos, tema que debe ser objeto de una reglamentación”. Con los recursos que genere el IVA aportado por licores importados (que no es descontable), el Gobierno aspira a tener recursos para hacer la devolución a los nacionales.
Aun así, la expectativa de recaudo tampoco es alta, pues, según Cadena, “en Colombia, el 60 por ciento del consumo de alcohol es aguardiente. El recaudo de lo importado es poco”.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS