Con cierta frecuencia los titulares de las primeras páginas de los periódicos informan a la ciudadanía las decisiones de los bancos centrales sobre las tasas de interés; por otra parte, a diario en las secciones económicas de los noticieros de TV se muestran las variaciones de la tasa de cambio; y mensualmente diversos medios informativos anuncian los datos de inflación.
La difusión masiva de esta información se da de manera ágil y precisa gracias a los cómodos y concretos boletines de prensa que generan las oficinas de estadística (DANE en Colombia) y los departamentos de comunicaciones de los bancos centrales (Banco de la República). No obstante, a pesar de esta labor informativa, solo una pequeña fracción de la población entiende en detalle el origen de las decisiones económicas, sus alcances y sus consecuencias.
Se piensa entre el ciudadano del común que estos temas son solo motivo de discusión entre los economistas técnicos, banqueros e inversionistas y no tiende a reflexionarse sobre el impacto potencial de las variaciones de los precios macroeconómicos en la cotidianidad. De hecho, gran parte de las notas de periodismo económico dirigidas a las personas de a pie insisten en las finanzas personales y la educación financiera, pero pocas veces tratan de reflexionar sobre la importancia de entender la macroeconomía y el efecto de los precios macroeconómicos como la tasa de cambio y la tasa de interés sobre la vida diaria.
Cuando el Banco Central aumenta la tasa de interés se insiste en que es la principal herramienta que tiene la autoridad monetaria para controlar la inflación, pero pocas veces el grueso de la población es consciente sobre los efectos colaterales de estas decisiones en términos de desaceleración económica y aumento del precio de sus deudas en tarjetas de crédito.
Los efectos de la tasa de cambio se asimilan de forma más natural en el consumo de bienes importados, pero solo una pequeña parte de la población entiende el porqué de estas variaciones en la relación peso-dólar.
Las dinámicas de estos dos precios macroeconómicos tienden a afectar la calidad de vida de las personas y su poder adquisitivo cuando las fluctuaciones no son favorables como en la coyuntura colombiana actual donde se asiste a un escenario de alta inflación, tasa de cambio devaluada y altas tasas de interés.
Durante muchos años de enseñar conceptos básicos de economía para diversos programas de pregrado y posgrado mi objetivo ha sido acercar a mis estudiantes de una forma no violenta a la economía y desmitificar los conceptos macroeconómicos resaltando su importancia en el día a día. Incluso en muchos casos el reto ha sido mayor cuando se trata de enseñar conceptos sin recurrir a los marcos gráficos y matemáticos con los que estamos acostumbrados a analizar la economía.
Hay que saber llegar a muchos espacios y ciudadanos, y a veces las matemáticas elementales y el álgebra más sencilla se convierten en muros para quienes no han logrado reconciliarse desde la educación secundaria con las aplicaciones matemáticas.
Los economistas entonces tenemos que transmitir desde la academia, la política económica y los medios, los conceptos de una forma didáctica a toda la ciudadanía. Recientemente el economista y exministro de finanzas griego, Yannis Varoufakis, publicó un libro denominado 'Economía sin Corbata', en el que el propósito es explicarle la teoría económica a su hija de 15 años sin recurrir a las formalidades y estándares de los libros de principios de economía.
A manera de experimento sugerí leer este texto a estudiantes de economía de primer semestre como a alumnos no economistas de posgrado. La reacción fue positiva todo el tiempo tanto en estudiantes jóvenes de pregrado como en adultos que volvían a la universidad a posgrados después de 20 años. Esta estrategia motivó a unos jóvenes a acercarse ya con más ideas prácticas al estudio de la economía en un marco formal y en otros casos reconcilió biografías de los más viejos con la ciencia económica.
Esta experiencia entonces plantea que sí es posible transmitir a una buena parte de la población la importancia de la economía en la vida diaria sin poner muros temporales, esto no implica que no se estudien los modelos formales con herramientas matemáticas y cuantitativas, pero hay que saber el momento, el público y el lugar.
Así entonces los conocimientos básicos de economía deberían llegar a todo el mundo de una forma didáctica desde la etapa secundaria de educación pues lo que pasa en la macroeconomía es asunto de todos, así parezcan conceptos de una esfera donde unos pocos pueden llegar.
DIEGO GUEVARA
Profesor del programa de Economía y Finanzas Internacional
Universidad de La Sabana