La exposición a sonidos reiterativos de por lo menos 85 decibeles (dB) puede causar pérdida auditiva, de acuerdo con un informe del Ministerio de Salud. En Colombia se ha establecido que el nivel máximo de emisión de ruido en zonas residenciales es de 65dB, en zonas industriales hasta 75dB y en zonas de tranquilidad como hospitales y bibliotecas el límite es de 55dB.
Pese a esto, un estudio de la Universidad Manuela Beltrán indicó que el ruido generado en estaciones de TransMilenio como Escuela Militar, Marly, Restrepo y La Despensa superan los estándares permitidos por el Ministerio de Ambiente, y representa riesgos para la salud de usuarios y trabajadores del sistema que se quejan de sufrir síntomas como zumbidos en los oídos, fatiga auditiva, mareo y estrés.
La deficiencia auditiva es uno de los daños más comunes, su principal consecuencia es, según la OMS, la incapacidad para escuchar lo que se habla en una conversación cotidiana. Puede estar acompañada de distorsión del sonido o sensación de ruidos que no están en el ambiente y es considerada una limitación social grave, pues incluso puede perjudicar la percepción del habla.
Otra de las consecuencias generadas por la exposición excesiva al ruido son los daños cardiovasculares, pues las exposiciones prolongadas “activan respuestas nerviosas y hormonales conduciendo a incrementos temporales de la presión sanguínea” según el estudio ‘Ruido y Salud’ del Observatorio de Salud y Medioambiente de Andalucía (OSMAN). Estos efectos podrían manifestarse con exposiciones diarias de niveles de ruido por encima de 65dB o con exposiciones continuas por encima de 85dB.
Además, el ruido excesivo puede estar asociado con un incremento del riesgo de infarto de miocardio, una patología que provoca la muerte de una parte del músculo cardíaco.
El ruido ambiental también produce trastornos en el sueño. Síntomas como dificultad para quedarse dormido, despertarse frecuentemente durante la noche, levantarse demasiado temprano sin razón y alteraciones en la profundidad del sueño, pueden alertar sobre algún efecto adverso producido por el ruido.
En ese sentido, OSMAN señala que “el ruido continuo en exceso de hasta 30dB perturba el sueño y, los ruidos intermitentes con picos de niveles sonoros de 45dB, pueden incrementar el tiempo estimado para quedarse dormido en 20 minutos”.
Esto puede significar alteraciones en el comportamiento y estado de ánimo de las personas, pues según indica la investigación “la incomodidad de las personas por el ruido durante las noches, incrementa la molestia durante las siguientes 24 horas”.
La OMS indica que el ruido por encima de 80 dB reduce la actitud cooperativa y aumenta el comportamiento agresivo de los individuos, por eso este fenómeno también puede contribuir a efectos como estrés, nerviosismo, histeria, cambios de humor e incremento de conflictos sociales.
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