No podríamos decir que hubo vencedores o vencidos con la pírrica victoria del No. Los votantes nulos, nuestra cerril abulia democrática o el mismo Matthew bien pudieron descentrar el fiel de la balanza. Sería una falacia hablar de rechazos “contundentes” al Gobierno o a los acuerdos. La “mitad” de los electores los aprobamos, así como la gestión del Presidente por la paz.
En consecuencia, un pacto en el que todos tengamos representación para salvarla, y un nuevo plebiscito, es lo procedente. Llegó la hora de comprometerse constructiva y coherentemente sobre el arduo camino recorrido, sin cálculos políticos, si honestamente buscan la paz.
Entre tanto, los excluidos, los despojados, la miseria en el campo, sus praderas minadas y las víctimas ávidas de verdad y reparación cuánto podrán esperar
Carlos H. Quintero B.
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Señor Director:
No sabía que el plebiscito era cuestión de partidos políticos, pero el senador Alfredo Rangel afirma que su partido, el Centro Democrático, “quedó muy fortalecido” ante la opinión pública luego de los resultados del domingo, como si la paz fuera de unos y no de todos los colombianos.
Lo que sí creí desde un principio es que lo que pretendía este partido político era hacer campaña presidencial a costa del acuerdo de paz y lo reafirmo cuando el señor Rangel manifiesta que luego del plebiscito, y claramente con fines presidenciales, “en el 2018 el Centro Democrático llegará, con seguridad, al Gobierno, solo o acompañado”. Definitivamente, mientras los colombianos no separemos la política de nuestras decisiones trascendentales nunca lograremos que nuestro hermoso país salga adelante.
Amparo Ardila
Bogotá
Al menos las mascotas
Señor Director:
Las mascotas se han constituido en ejemplo de amistad, fidelidad y compañía. Esos seres maravillosos, con capacidad de entrega, de respuesta y aprendizaje, que alegran nuestra existencia, se convierten en un miembro más de la familia. Cuando se enferman, nos ocasionan un choque emocional intenso que afecta en grado sumo la tranquilidad familiar. Por todo ello, queremos expresar nuestra gratitud a la clínica veterinaria La Salle, a su personal administrativo y científico, en especial al doctor César Cabrejo, por la extraordinaria atención de que fue objeto nuestra perrita Violeta, una shih tzu, de 3 años, por una súbita enfermedad. De no haber sido por los oportunos cuidados brindados allí, hubiera tenido un aciago desenlace. Fue un claro ejemplo de la forma en que se debe atender a un paciente, con amabilidad y optimismo. Los humanos, a los que a veces nos va como a los perros en misa, deberían tener estos privilegios, pero al menos que las mascotas lo logren es alentador.
Guillermo Rozo Riveros
Sopó, Cundinamarca
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