Ayer temprano llegó a mi apartamento Uldarico Traslaviña, mi carpintero preferido, que es tan carero como todos los carpinteros, cerrajeros y arregladores de neveras de Colombia. El hombre entró a mi cocina diciéndome: “Don Poncho, se le cayó la estantería al Gobierno; no creemos el cuento del miedo, votamos No y les ganamos”. De una le aclaré que yo voté por el Sí, que me derrotaron, que perdí ocho apuestas, cada una por botella de vino tinto argentino. Ayer las pagué.
No fui el único derrotado, a esa pira funeraria entraron el liberalismo, ‘la U’, Gina Parody, César Gaviria, los 877 notables dueños del Sí del santismo y de la ‘Prosperidad para todos’. Desde la peluquería señorera mandaron un pésame sentido a la embajadora Ángela Benedetti, a María Isabel Nieto, cónsul en Nueva York, que lucharon por el Sí y levantaron votos. Pésames a Roy Barreras, los ‘Ñoños’ de Sucre, los ‘Ñoños’ de Córdoba; al ‘Compañero’ Corral, al compañero Lucho Garzón, a las compañeras Claudia López, Rosa María Ángel, Vicky Turbay y Piedad Córdoba, votantes del Sí. Perdieron los empresarios de la Andi. Perdió el 90 por ciento del periodismo, era anti-No y antiuribista. El Sí fue del santismo, la ONU, los intelectuales de izquierda.
¿Por qué perdieron ellos con esa maquinaria? Un cardiólogo amigo y brillante, Gustavo Fuentes, dijo: “Iban ganando con el Sí, pero perdieron por montar un fiestón antipático, lujoso, un show costoso con aviones y buques, donde sacaron pecho vanidoso Maduro, Correa, Raúl Castro, y ‘Timochenko’, poco queridos por el uribismo. Ese acto, faltando siete días, se volvió en contra del Sí y perdieron votos”.
Pacho Santos, prudente y acertado al opinar en estos días, dijo: “Al presidente Santos su convenio de justicia le resultó un crucigrama chino, pero le reconocemos que avanzó mucho hacia la paz”.
Ganó Uribe, derrotado el Gobierno. No habrá tiros ni bombas. Dos jefes con peso charlarán pronto: el expresidente Uribe y ‘Timochenko’. No habrá guerra. En pocos días los tres uribistas y los tres acólitos del santismo remendarán ese acuerdo, firmado con afanes. Los iracundos del santismo, que se jubilen. Sobran. El país seguirá marchando. Mañana, en fútbol, Colombia le ganará al Paraguay. Tendremos ron, goles, risa y jolgorio. Y el santismo, ahora, a gobernar bien, que los están rajando por desaplicados.
Poncho Rentería