Que el turismo, la urbanización y la minería están acabando con las fuentes hídricas del Quindío es una denuncia que expertos, ambientalistas e incluso la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ) han dado a conocer desde hace varios años.
Pero ahora el docente investigador de la Universidad del Quindío y coordinador de la Red de Educación y Desarrollo Humano del Quindío, Luis Carlos Serna Giraldo, reveló un estudio de patrimonio hídrico del departamento donde demuestra que, aunque el agua, por ejemplo, de Armenia o Montenegro, cumple con el Índice de Riesgos de la Calidad del Agua para Consumo Humano (IRCA) exigido, “epidemiológicamente es otro problema muy serio. Si miramos el agua trae una carga de microorganismos que afectan directamente la salud humana. De ahí que el Quindío ocupa el segundo, tercer y cuarto lugar en enfermedades gastrointestinales, respiratorias y por intoxicación según el reporte epidemiológico nacional”.
Según el investigador, el departamento se encuentra en una situación “muy delicada” y, sobre todo, municipios como Armenia, Montenegro y La Tebaida. Este último, porque “no solo recibe las aguas negras de Armenia, sino también los lixiviados del relleno sanitario Villa Karina que, aunque está cerrado, cada vez que se presentan precipitaciones, siguen llegando allá”.
Para Serna, el exceso en las construcciones en Armenia, el aumento desmedido y sin control del turismo en Salento y la minería, tanto artesanal como a gran escala, por ejemplo, en Barragán, están agotando los recursos ambientales del departamento.
Cabe resaltar que el director de la CRQ, Jhon James Fernández, denunció hace meses en un debate en el Concejo Municipal de Armenia y hace unas semanas en la Cámara de Comercio, que el turismo y el auge de las construcciones en Armenia están deteriorando los afluentes. “Se debe analizar el crecimiento urbanístico que está presentando Armenia, tanto en el sector urbano como en el rural, donde se presta el servicio de acueducto, y tener en cuenta la disponibilidad hídrica”, dijo.
El funcionario le contó a este medio que el próximo consejo directivo de la entidad presentaría un proyecto para elaborar un estudio de capacidad de carga en Salento con el apoyo de Parques Nacionales Naturales de Colombia, tal como el que esta entidad realizó en la vereda Bajo Raudal del municipio de La Macarena (Meta).
No obstante, para el constructor César Augusto Mejía, el aumento en la construcción no ha perjudicado las fuentes hídricas. “Uno ve que en otras ciudades hay un trabajo coordinado y los servicios públicos no son un problema”.
Empresas Públicas de Armenia (EPA), puede captar hasta 1.470 litros por segundo para abastecer a la capital del departamento, según el permiso otorgado por la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ). Sin embargo, el gerente de EPA, Julio César Escobar, ha dicho que solo captan 850 litros por segundo.
El ingeniero Gabriel Lozano, director del grupo de investigación Cidera (Desarrollo y Estudio del Recurso Hídrico y Ambiente) de la Universidad del Quindío y experto en afluentes, coincidió con la CRQ y dijo que “comprobamos que la oferta hídrica del río Quindío es muy inferior a lo que se nos viene cuando todas estas edificaciones que se están construyendo sean ocupadas en Armenia”.
¿Embalse inviable?
Mientras el departamento se enfrenta a la incertidumbre de si en unos años tendrá suficiente agua para brindarles a sus habitantes, algunos ya han planteado soluciones como el embalse del Quindío o reservorio de agua. Para muchos, esta es la única solución. Pero otros creen que es una medida inviable.
El gerente de EPA explicó hace semanas que la solución definitiva es la construcción de un reservorio de agua en la cuenca alta del río Quindío (en Salento), para aumentar los caudales este afluente.
Para el docente Serna, este embalse del Quindío es inviable porque “estas aguas se dañan como pasó en el Valle hace meses”. Y de hecho, dice, en otros países ya son inviables.
ARMENIA