La Cueva del Arte es un taller en el que 17 niñas de la Asociación Nuevo Futuro aprenden a pintar cuadros y a decorar todo tipo de materiales reciclables para vender en la feria El Rastrillo.
Las obras de arte que salen de esta asociación, un proyecto social que atiende a niños provenientes del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), son vendidas en esta feria que se lleva a cabo en el Museo El Chicó para recaudar fondos que ayuden a la continuación de esta causa social.
Dicho taller es aprovechado por niñas de 7 a 18 años provenientes del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y que forman parte de un grupo de otras 42 menores que viven en tres casas: Salitre 1, Salitre 2 y Edén.
“Estos productos se hacen para enamorar a cualquier persona y lo que buscamos con esto es reinvertir el dinero en la Asociación Nuevo Futuro”, afirmó Andrea Arango, una diseñadora gráfica encargada de enseñarles arte a las 17 niñas que componen su taller.
“Esta clase exige mucha concentración y disciplina”, comenta una menor de 14 años que quiere ser azafata en el futuro, para viajar y conocer el mundo.
Una de las finalidades de este taller es inculcarles valores a las menores, desde las enseñanzas que aporta esta disciplina, para que así puedan utilizarlos en su vida diaria. “Todo esto les ayuda a conocerse y a proyectar sus capacidades”, agregó Arango.
Incluso en las paredes de piedra del taller –razón por la cual recibe el nombre de Cueva del Arte– tiene frases como: “Recuerda que no será fácil pero valdrá la pena”, la cual no solo hace alusión exclusivamente al oficio artístico, sino a las situaciones cotidianas que debe sortear cada una de estas niñas. “Intento que todo lo que les enseño les sirva para la vida y así entiendan que la existencia se puede enfrentar desde el arte”, aseguró la profesora.
“Estas clases me ayudan para el estrés y a olvidar las cosas malas que me han pasado”, dijo María al referirse al taller. “Además, me gusta la actitud de la profesora porque es comprensiva y me ha enseñado que en el arte no hay imperfecciones y que todo se puede arreglar”.
Después de que estas niñas cumplen 18 años, la Asociación Nuevo Futuro –que también acoge a niños en otros hogares– sigue apoyándolas por medio de los convenios que tienen con el Sena y Ascún (Asociación Colombiana de Universidades) para que puedan estudiar una carrera universitaria.
La venta de ropa
El Ropero es un almacén situado en el municipio de La Calera, que vende todo tipo de ropa procedente de donaciones. El dinero que allí se recolecta está destinado a la Asociación Nuevo Futuro, un proyecto social que atiende a niños provenientes del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Sirley Romero, de 30 años, es la encargada de vender y asesorar a todos aquellos visitantes atraídos por los bajos precios de las prendas. En El Ropero se pueden conseguir zapatos, camisas, sacos, vestidos, tacones, ropa de cama, bufandas, pantalones, camisetas deportivas, correas y hasta vestidos de novia. El almacén está abierto de martes a sábados, entre 9 de la mañana y 4 de la tarde. La Asociación Nuevo Futuro se estableció en Colombia en el año 1993, y desde ese entonces, niños y niñas entre los 7 y 18 años se han beneficiado de los programas que ayudan a estos menores a prosperar.
BOGOTÁ