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'Desde las ciudades nos condenan a vivir en la guerra': víctimas

'Desde las ciudades nos condenan a vivir en la guerra': víctimas

Los afectadas por el conflicto armado en el Meta manifiestan su temor por el triunfo del No.

03 de octubre 2016 , 07:47 p. m.

En el municipio de Uribe, en el sur del Meta, 2.036 personas votaron de manera contundente por el Sí en el plebiscito para refrendar el Acuerdo Final de Paz. Solo 140 sufragaron por la opción del No.

El 93,56 por ciento de los votantes apoyó la opción de acabar con el conflicto de más de 50 años con las Farc.

Sin embargo, los pobladores del municipio y en particular las víctimas amanecieron ayer con el ánimo por el piso y con una profunda preocupación porque en el país ganó el No y ahora están sumidos en la incertidumbre de qué va a pasar con el conflicto, con los proyectos productivos, con los recursos internacionales y con la vía a Mesetas.

“Estamos muy aburridos y preocupados porque somos los que ponemos los muertos, somos los que vivimos la guerra y en estas poblaciones afectadas por el conflicto ganó el Sí, pero nos toca aguantarnos que los de las ciudades nos definan la suerte, nos condenen a seguir hundidos en la miseria de la violencia”, dijo el profesor Flaminio Castellanos, que durante meses se puso la camiseta del Sí y recorrió las veredas.

Esta es el ambiente que hay en los municipios del sur del Meta, los más afectados la guerra. En La Macarena y en Mesetas reinan la zozobra y también hay temor porque piensan que tras el fracaso del Acuerdo Final de La Habana se genere un recrudecimiento del conflicto armado.

Castellanos se escuchaba triste, pero ya está hablando de liderar una campaña nacional de las víctimas por el respeto a no vivir más en la guerra.

Estamos conformando un grupo grande de víctimas del Meta, del Chocó, de Norte de Santander, de Córdoba, creemos que tenemos una legitimidad porque en nuestros territorios ganó el Sí y tenemos la autoridad moral de la deuda social del Estado y de vivir más de 50 años en la guerra”, precisó.

Las víctimas consideran que no es justo que tengan que padecer las consecuencias del conflicto por la decisión del centro del país, que en su mayoría respaldó la opción del No,

“A Álvaro Uribe y a los empresarios del centro del país no les importamos nada los campesinos, a ellos les interesa el poder y defender sus intereses económicos”, considera.

César Peña, exconcejal de La Macarena y víctima de desplazamiento de las Farc en tiempos de la zona de distensión, dijo que el municipio está sumido en el limbo desde ayer.

“No sabemos cómo van a reaccionar los mandos medios de las Farc, ni qué va a pasar con las zonas veredales de transición, hasta las Fuerzas Militares están en alerta, hoy (ayer) hemos escuchado de nuevo los helicópteros y la tropa de la Fudra está en alistamiento”, revela Peña.

En La Macarena temen que regresen las extorsiones y las presiones. “Desde que estamos en cese bilateral al fuego todos los productos de la canasta familiar cayeron 30 por ciento y hasta las bebidas alcohólicas. Una canasta de cerveza costaba 65.000 pesos y ahora vale 55.000 porque los comerciantes ya no tienen que pagar la vacuna”, dijo.

Islena Rey, víctima de la guerra y defensora de Derechos Humanos, considera que tras el triunfo del No y el manto de zozobra que se vive en estas regiones los grandes triunfadores son los contratistas que viven de la guerra y “los politiqueros”.

“Ellos no piensan en la gente del agro, en las personas del campo, que han resistido la guerra, pues no les conviene porque los recursos deben ir orientados hacia allá, pero eso no les gusta, les agrada la economía de la guerra por los contratos millonarios que reciben, avalados por los gobernantes de turno”, afirmó la dirigente de las víctimas.

Islena Rey lleva más de 30 años luchando en el Meta por los Derechos Humanos, pero pocas veces se había sentido tan mal como ayer, un día después de la derrota del Sí.

“Nos dieron una bofetada y nos tiraron al piso a seguir comiendo m..., pero tenemos que levantarnos y seguir aguantando, mientras los grandes señores viven seguros y tranquilos en las ciudades”, precisó.

En la socialización de los Acuerdos por las veredas del Meta la sorprendió que las comunidades no sabían qué era un plebiscito y por lo tanto tampoco tenían conocimiento sobre el contenido. “La ignorancia hace que la gente sea fácil de manipular”, dijo.

Sin optimismo frente a la renegociación del Acuerdo

Las víctimas y pobladores que han vivido de cerca el puño de hierro de las Farc no son tan optimistas frente a la posibilidad de que el Acuerdo Final sea renegociado en los temas de justicia, política, reparación y narcotráfico.

Islena Rey, defensora de Derechos Humanos, considera que no será un tema de días sino de años. “No creo porque escuchando a los uribistas están hablando de que los jefes de las Farc deben pagar cárcel, pero jurídicamente no puede ser, nadie va a dejar las armas hoy para someterse a la cárcel mañana”, señala.

Flaminio Castellanos, docente de Uribe, dice que el acuerdo no es perfecto. “No estamos de acuerdo con muchas cosas de la justicia, pero si este acuerdo contribuía a desarmar a más de 7.000 hombres que estaban matando, pues bienvenido. Pensábamos iniciar el camino a la paz hoy (el domingo)  mismo, pero esto tardará unos diez años”, asegura. 

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