Uno de los pensadores contemporáneos más influyentes de Europa es Boris Groys (Berlín Oriental, 1947). Interesado en el arte y en la teoría de los medios, ha publicado una decena de libros sobre arte ruso, la transformación del arte desde mediados del siglo XX hasta la actualidad y sobre economía cultural, entre otros temas.
Docente y ensayista, ha pronunciado frases que en un sistema capitalista causan sorpresa, como la vez que en el 2008 le dijo a El País de España que “la verdadera libertad está en no trabajar”.
Es el invitado a la XVII Cátedra de Arte Luis Ángel Arango, que organiza la Fundación Amigos de las Colecciones de Arte del Banco de la República. Se realizará el 6 y 7 de octubre y abordará la relación entre la colección y la instalación en el museo contemporáneo. El sábado, hablará sobre el mismo tema en el Museo La Tertulia (Cali) y el miércoles dictará en Bogotá la conferencia ‘El objeto oscuro del deseo’, en la sede Chapinero de la Cámara de Comercio de Bogotá.
Groys, que en 1980 tuvo que abandonar la academia soviética por órdenes de la KGB, habló con EL TIEMPO sobre cómo la conectividad ha modificado nuestras vidas y la forma como nos relacionamos con el arte.
¿Cuál es la verdad del arte actualmente?
El arte presenta la situación del individuo en nuestra sociedad de mejor forma que cualquier otra esfera.
¿Y de la crítica de arte?
Criticar el arte y a los artistas no tiene sentido, pero sí comentar sobre ambos. Siempre es interesante para quien escribe y de cuando en cuando para el lector.
Usted ha dicho que hoy el artista tiende a ser una obra en sí mismo, ¿Qué significa eso?
Internet ha creado una nueva esfera de visibilidad para casi cualquier persona. Allí, todos se convierten en una obra de arte, un objeto diseñado por ellos mismo. ¿Es eso bueno o malo? En cualquier caso, es una obligación y una carga adicional.
¿Cómo ha afectado el internet al arte?
Internet eliminó la selectividad y la censura. Todo puede colgarse en la red y hacerse accesible. Pero, por supuesto, el exceso de arte en la red lo lleva a que sea invisible.
Y a los individuos, ¿Cómo los afecta?
¡Oh! Bastante. Consume la mayor parte de nuestro tiempo y el utilizarlo es agotador. No es bueno para el organismo de nadie.
¿Qué ventajas tiene para un artista o museo el compartir el trabajo previo de una exposición u obra?
Que produce en una especie de suspenso y que el público es involucrado. Pero, por otro lado, el artista empieza a recibir mucha presión social.
¿Cuáles son los roles del artista en la actualidad?
Son muy variados. Como artista se puede buscar la obtención de belleza, provocar un cambio social, impactar a la audiencia o ser exitoso en el mercado del arte...
Y el público, los espectadores, ¿también tienen un rol?
En ese caso es bastante limitado, pues como espectador uno solo puede observar el arte. Y más allá del arte no hay otros espacios para la contemplación.
¿Qué hace que un museo ‘esté vivo’?
Las exhibiciones temporales, los ‘performances’, las lecturas, proyecciones hacen que los museos fluyan y tengan vida, incluso por fuera de sus paredes.
¿Existen jerarquías en el ‘mundo del arte’?
Diría que no. Los artistas que son famosos hacen exposiciones que permiten que las galerías y los museos tengan mayor visibilidad. El aspecto simbólico de la economía no es fácilmente calculable.
¿Dónde y cuándo?
5 de octubre, 6 p. m. Cámara de Comercio de Bogotá, sede Chapinero. Informes: ccb.org.co, en la pestaña ‘Eventos y capacitaciones’.
6 Y 7 de octubre. Biblioteca Luis Ángel Arango. Informes en el 343-1352 y 281-8129.
8 de octubre, 4 p.m. Museo La Tertulia. Cali. Más información en el teléfono: (2) 893-2939.
MARÍA ALEJANDRA TORO VESGA
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO