El gorila del este es el más grande del mundo. Habita en límites de la República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda. Pertenece a la familia de los primates y es considerado primo cercano de los humanos, pero su situación actual es crítica. Con solamente 5.000 ejemplares, está a punto de extinguirse a causa del incremento de la caza ilegal y se halla en inminente peligro.
Esa es una de las conclusiones del informe que anualmente elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) y que fue entregado esta semana en Honolulú (Hawai, Estados Unidos), donde ambientalistas celebran hasta hoy su congreso mundial, que se realiza cada cuatro años.
En esta oportunidad, el evento sirvió para presentar la lista roja del 2016, un inventario mundial de especies vegetales y animales. Su publicación es una ruta para los esfuerzos de conservación en el planeta, y en su más reciente edición figuran 82.954 especies, de las cuales 23.928 experimentan amenazas de extinción.
La Uicn, la red ambiental más grande del mundo, trabaja en 160 países recopilando información sobre la biodiversidad con miras a la conservación y protección de las especies. Para eso, las clasifica entre preocupación menor, casi amenazadas, vulnerables, en peligro, en peligro crítico, extintas en estado silvestre y extintas.
Según el documento, el caso del gorila del este ejemplifica la situación de los grandes simios del planeta, incluidos el del oeste, el orangután de Borneo y el de Sumatra: cuatro de cada seis ejemplares están en peligro crítico, solamente a un paso de la extinción.
La Uicn es clara en señalar que la mano del hombre ha repercutido en que la población de los gorilas del este se haya reducido en más de 70 por ciento en los últimos 10 años. La guerra, la caza ilegal y la pérdida de parte de su hábitat condujeron a “una decadencia catastrófica”. “Aunque es ilegal matar o cazar grandes simios, la caza representa el peligro más grave para los gorilas orientales”, recalca la Uicn.
En Ruanda, el genocidio jugó un papel clave en la drástica reducción de estos gorilas, señala John Robinson, uno de los responsables de la conservación de animales en la organización estadounidense Wildlife Conservation Society.
“Desplazó a mucha gente desde Ruanda hacia el este de la República Democrática del Congo, a lugares que habían sido escasamente ocupados por el hombre”, explicó este especialista en primates. Algunos de esos habitantes se dedicaron a cazar gorilas para alimentarse, al tiempo que la minería y la expansión de los asentamientos humanos fueron ocupando cada vez más espacio del hábitat de estos simios. “Es realmente escandaloso que estemos a punto de perder a nuestro pariente más cercano en este planeta”, lamentó Robinson.
El gorila del este tiene dos subespecies. Una de ellas, el gorila de Grauer o de las llanuras orientales (G. b. graueri), está siendo diezmado desde 1994: de 16.900 especímenes relevados ese año se pasó a 3.800 en el 2015. La segunda subespecie, el gorila de montaña (G. b. beringei), no ha sido tan afectado e incluso su población aumentó levemente, alcanzando actualmente los 880 ejemplares.
Dentro del panorama desolador de este informe está el caso de la cebra de llanura (Equus quagga), que sufre un declive a raíz de la caza ilegal para carne y pieles, y hoy está casi amenazada, a pesar de ser el ejemplar más común de su especie. Su población se redujo en un 24 por ciento en los últimos 14 años, pasando de 660.000 individuos a la actual estimación que sobrepasa apenas los 500.000 en el oriente de África.
El duiker bayo (Cephalophus dorsalis), el de vientre blanco (Cephalophus leucogaster) y el de lomo amarillo (Cephalophus silvicultor), tres especies de antílopes africanos, también pasaron a estar casi amenazados por la caza ilegal y la pérdida de hábitats.
En el congreso además se presentó un estudio del Centro de Cooperación del Mediterráneo que evidenció que 19 especies de mariposas de esa zona, 15 de ellas endémicas, están a punto de desaparecer.
Según el informe, entre las principales amenazas para las mariposas mediterráneas están la transformación de prados en zonas agrícolas de cultivo o uso forestal, los niveles insostenibles de pastoreo y el abandono de ciertos métodos de cultivo. A ello se suman el cambio climático, la frecuencia e intensidad de los incendios y el desarrollo del turismo.
El panda repunta
Según la nueva lista roja de la Uicn, en el 2015 unas 68 especies se extinguieron en el estado salvaje y 855 desaparecieron. Sin embargo, una buena noticia llegó por cuenta del panda gigante, que pasó del estatus de especie amenazada a vulnerable. La organización calcula que hay alrededor de 2.060 pandas en el mundo, sumados adultos y jóvenes. Detrás de esta cifra están décadas de trabajos de conservación en China, cuya estrategia consistió en volver a plantar bambú en las zonas selváticas para brindarles alimentación y hábitat a estos mamíferos.
China también desarrolla un programa de ‘préstamo’ de pandas a zoológicos del mundo entero que le permite invertir en la protección de especímenes salvajes. Sin embargo, el panda sigue perteneciendo a la categoría de animales vulnerables, incluida en el estatus de especies amenazadas, y la mejora registrada en los últimos años podría ser de corta duración, alerta la Uicn.
En todo caso, las autoridades chinas no recibieron bien la decisión de la Uicn de retirar al oso panda de la lista de especies en peligro. En un comunicado, la Administración Forestal Estatal declaró que “es demasiado pronto para decir que el panda ya no está en peligro”, que la exclusión “podría dar marcha atrás a los avances logrados en las últimas dos décadas” y subrayó que la medida podría tener “consecuencias irreversibles”.
La nueva lista roja de la Uicn presenta una segunda buena noticia: el antílope del Tíbet (Pantholops hodgsonii) pasó de la categoría de en peligro a la de casi amenazado, gracias a una política de “rigurosa protección” que permitió que su número aumentara hasta entre 100.000 y 150.000 individuos en la actualidad. “Vivimos en una época de extremas mutaciones y cada puesta al día de la lista roja de la Uicn nos muestra que la crisis mundial avanza muy rápidamente”, observó Inger Andersen.
VIDA*
Con información de Efe y AFP