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Si chatea o habla por celular al manejar, pagará multa de $344.700

El domingo, una mujer murió al ser arrollada por el tren de la Sabana. Al parecer, iba chateando.

CAROL MALAVER
La muerte de Xiomara Helena Zapata Tilves, de 49 años, en la carrilera del tren –en la avenida 9.ª con calle 119, localidad de Usaquén–, al ser arrollada por el Turistrén, conmocionó a los residentes del sector, pero aún más por las posibles causas del incidente.
Según testigos del hecho, al parecer,  iba chateando y escuchando música con sus audífonos, lo cierto es que el grado de distracción era tal que no se habría percatado del paso de la locomotora. “Estaba distraída y no notó que venía la máquina”, dijo Sergio Rodriguez, empleado de Turistren. Por su parte, el coordinador de esta empresa, Sergio Rodriguez, confirmó que el accidente sí ocurrió pero que será la Fiscalía la que determine las causas exactas del mismo.
Comportamientos como chatear mientras se camina o se conduce  no solo pone en riesgo a los peatones, sino a los conductores de vehículos. Según la Secretaría de Movilidad, durante los primeros siete meses del 2015, la Policía impuso a estos últimos 8.163 comparendos por esta causa, y este año ya van 6.021, con corte al 31 de julio del 2015.
No sirvió de nada la atención oportuna de los Bomberos de Chapinero ni sus intentos por reanimar a la mujer, oriunda de Medellín; murió en la carrilera. “En estos pasos férreos las personas deben mirar para un lado y otro y verificar que no venga el tren, pero la gente no lo hace”, manifestó Rodríguez, quien trabaja en la empresa encargada de operar el tren que se desplaza entre Bogotá y Zipaquira. No obstante, será la Fiscalía la que reúna todos los testimonios para determinar responsabilidades en este caso.
La infracción
Aunque la infracción C38 se impone únicamente a conductores de vehículos automotores por usar sistemas móviles de comunicación, o teléfonos instalados en los vehículos al momento de conducir, exceptuando si estos son utilizados con accesorios o equipos auxiliares que permitan tener las manos libres, lo cierto es que a los conductores se les están uniendo los peatones en este mal comportamiento. “He visto cómo las personas pasan la carrera 7.ª como zombis. Realmente no miran el semáforo ni se miran los buses que vienen por estar chateando por sus celulares”, dijo un vigilante de la zona.
La misma situación es reportada por los estudiantes en la estación Universidades. “Los jóvenes pasan como locos, no cruzan por la cebra, se tiran por la estación hacia la calle, escuchando música o mirando su celular, y más de una vez han estado en riesgo de ser arrollados por los buses rojos que pasan a toda velocidad”, dijo César Quiceno, un estudiante universitario.
Según Movilidad, para cometer esta infracción no se requiere que la persona vaya hablando por celular, como normalmente se podría entender, ya que basta con solo utilizarlo sin manos libres; esto incluye la lectura de mensajes de texto, en razón a que no solo es un elemento distractor, sino también que inutiliza una mano para su manipulación, convirtiéndose en un alto riesgo para la conducción de vehículos.
La multa por esto es de 15 salarios mínimos diarios, equivalentes a 344.700 pesos para quien incumpla la norma. En el caso de los peatones, además del chat, otro de los riesgos es caminar con los audífonos puestos, escuchando música con alto volumen.
Aunque la Policía de Tránsito de Bogotá tiene la certeza de que los casos de accidentes por esta causa son recurrentes, es muy difícil determinar si la causa probable fue esta, ya que las autoridades no la catalogan entre las contenidas en el ‘Informe policial de accidente de tránsito’. Las autoridades temen que casos más graves se presenten en el futuro, y no solo por los conductores que chatean mientras conducen sino por los peatones que, al andar mandando mensajes, no se percatan de los huecos, los desniveles ni los cruces en la calle.
Más casos
El de Xiomara no es el único caso que ha ocurrido en Bogotá por el uso de dispositivos electrónicos en donde no corresponde. Apenas entraban en funcionamiento los buses de TransMilenio por la carrera 7.ª cuando, en septiembre del 2015, una trabajadora del sector salud simplemente se parqueó en ese corredor vial, a la altura de la calle 73, y se puso a chatear por celular. “Ella se encontraba en el costado oriental. Lo supimos porque nos pidieron un recurso”, dijeron funcionarios del Centro Regulador de Urgencias (Crue).
Estaba tan inmersa en su conversación que, pese a que todos los carros pitaban, ella ni se inmutaba. Al final, un bus de TransMilenio la embistió, con tan buena suerte que ni ella ni los pasajeros sufrieron lesiones de gravedad.
Así como la protagonista de este accidente se ven cada vez más conductores que mientras manejan hablan por teléfono, chatean, ven videos o manipulan tabletas electrónicas. “Ya me he estrellado dos veces por andar contestando mensajes. La última vez pagué un arreglo de 800.000. Eso me costó el chiste”, dijo Armando Romero, un taxista que confesó su pecado por ser aficionado a los aparatos electrónicos dentro de su vehículo. Dice que son la única distracción que tiene en los largos trancones que debe soportar.
El caso más grave ocurrió el año pasado, cuando un bus del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) estrelló a una mujer en una calle de la localidad de Usaquén, en el norte, cuando ella iba hablando por su teléfono móvil. Eso se conoció el 27 de julio del 2015. El hecho quedó registrado por las cámaras de seguridad del barrio San Cristóbal Norte.
En el video se puede ver a Jazmín Peña lanzándose a la vía mientras habla por celular, sin percatarse de que por una esquina salía un bus azul de placas WGH 587, el cual la embistió y lesionó una de sus piernas con una de las llantas delanteras. La víctima fue atendida en el Hospital Simón Bolívar. El, entonces, coronel Manuel Silva, de la Policía de Tránsito de Bogotá, pidió a los conductores y peatones transitar con cuidado al tomar puntos ciegos y estar alerta si se hallan en la vía pública.
Según el artículo 57 del Código Nacional de Tránsito, los peatones deben cerciorarse al cruzar la vía, es decir, tener los cinco sentidos puestos al caminar y usar cruces seguros.
Por ahora, la Secretaría de Movilidad aseguró que trabaja en mensajes y estrategias de pedagogía que sensibilicen a los conductores de que desviar, así sea por un segundo, la mirada y la atención al conducir genera una pérdida importante en la concentración y los reflejos.
‘No todos podemos hacer varias cosas a la vez’
Según el neurólogo egresado de la Universidad Nacional, Roberto Amador, solo algunas personas tienen la habilidad de hacer varias cosas a la vez. “Sobre todo los jóvenes suelen escuchar música y estudiar al mismo tiempo, pero esa es una cualidad que comparten pocos”. Agregó que esa posibilidad va disminuyendo con la edad. “En una persona mayor, el riesgo de desconcentrarse aumenta porque al momento de reaccionar no lo va a poder hacer, menos si está en una situación de peligro, como cruzar una calle. Eso está científicamente comprobado”.
Lo mismo piensa la doctora Ana María Quijano, coordinadora de urgencias de la clínica El Country. “Nosotros tenemos varios sentidos, la visión, el tacto, la audición; si en una situación de alto riesgo como manejar o cruzar una avenida realizamos varias acciones a la vez, y estas hacen que uno de esos sentidos deje actuar, las posibilidades de sufrir un accidente son significativas”.
A la sala de urgencias llegan varios pacientes, víctimas de accidentes de tránsito; la manipulación de aparatos electrónicos, según movilidad, está poniendo en riesgo a muchos ciudadanos.
CAROL MALAVER
Subeditora de EL TIEMPO
Escríbanos su caso a carmal@eltiempo.com
CAROL MALAVER
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