La vida de Hillary Clinton ha estado llena de instantes memorables. Pero el de anoche, cuando pronunció su discurso de aceptación a la candidatura del Partido Demócrata para las presidenciales, fue sin duda el más importante en las casi cuatro décadas que lleva en la arena pública.
Hablando ante un auditorio repleto de figuras que se congregaron para escucharla en el último día de la convención demócrata en Filadelfia, la exsecretaria de Estado se la jugó a fondo para tratar de marcar el mar de diferencia que la separa de su rival, el republicano Donald Trump. (Además: Tras 227 años de democracia en EE. UU., Hillary Clinton marca un hito)
“EE. UU. está nuevamente ante una encrucijada. Y fuerzas muy poderosas amenazan con dividirnos. Los lazos de respeto y confianza se están deshaciendo y depende de nosotros decidir si trabajaremos juntos para salir adelante”, dijo Clinton haciendo una especie de paralelo con el discurso del magnate neoyorquino la semana pasada, en el que pintó a un país sumido en la crisis por el mal manejo de los demócratas y se presentó como un redentor que, por sí solo, solucionaría todos los problemas.
Cada generación de estadounidenses –afirmó la exsecretaria– se ha unido para construir un país más fuerte, libre y justo. Nadie puede hacerlo solo. Juntos somos más fuertes.
Aunque la visión del futuro que delineó Hillary fue más positiva que la mostrada por los republicanos, la ex primera dama reconoció que el progreso no les ha llegado a muchos y que trabajará incansablemente por mejorar su calidad de vida. “Mi primera misión como presidenta será crear más oportunidades y mejores empleos con alza salarial aquí mismo en Estados Unidos”.
Una mención que no fue casualidad. A largo de todo este ciclo electoral, una buena parte de los estadounidenses han dejado claro su profunda decepción con la clase política del país que promete pero no cumple. Es eso lo que explica el surgimiento de Trump entre una decena de candidatos preferidos por el establecimiento o el del senador Bernie Sanders, que terminó poniendo a Clinton contra las cuerdas.
La exsecretaria de Estado también fue muy sensible a la hora de hablar sobre los retos de seguridad del país, otro frente en el que Trump ha ido ganando terreno. Si bien las estadísticas demuestran que EE. UU. es mucho más segura hoy que en cualquier otro momento de las últimas dos décadas, la reciente masacre en un bar de Florida, el ataque contra policías en Chicago y los atentados terroristas en Francia y otros países de Europa han provocado un temor que Trump ha sabido interpretar y hasta estimular.
“La selección que enfrentamos es igualmente crítica cuando se trata de nuestra seguridad nacional. Cualquiera que lea las noticias puede ver la turbulencia y las amenazas que enfrentamos. De Bagdad a Kabul, Niza, París, Bruselas, San Bernardino y Orlando, estamos lidiando con enemigos muy determinados que deben ser derrotados. Con razón, la gente está ansiosa y quiere garantías y un liderazgo sólido”, dijo Clinton antes de añadir que no descansará hasta neutralizar las fuerzas que amenazan los valores más fundamentales. (Lea también: Cómo influirá el discurso de Obama sobre la campaña de Hillary Clinton)
El discurso de Clinton fue la coronación de una semana dedicada exclusivamente a golpear a Trump y dar impulso a su candidatura y la de los otros miembros del partido que se juegan curules en la Cámara de Representantes y el Senado este próximo 8 de noviembre.
Desde los expresidentes Bill Clinton y Jimmy Carter, pasando por artistas y celebridades, Filadelfia se tornó en todo un laboratorio para desarmar pieza por pieza la imagen que vendieron los republicanos hace una semana durante su propia convención. (Además: El menú de propuestas de Hillary Clinton y Donald Trump)
En su mayoría, los discursos de las celebridades del partido cumplieron con su cometido. Algunos, como el del presidente Barack Obama, hasta demoledores. Pero lo que quizá pesó más fueron las palabras del exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg y otros republicanos que rechazan a Trump.
Bloomberg, otro multimillonario hasta más rico que el candidato republicano, lo llamó “embaucador” y cuestionó como ningún otro su récord de empresario. Y el jueves Doug Elmets, exasesor del presidente Ronald Reagan y miembro de este partido, se declaró alarmado por el camino que han tomado bajo Trump.
“Señor Trump. Yo conocí a Reagan, y usted no es ningún Reagan”, dijo Elmets desinflando la burbuja de algunos republicanos que trazan paralelos entre los orígenes políticos de ambos (Reagan fue actor, mientras que Trump se hizo famoso con un reality de televisión).
En cualquier caso, Hillary necesitará el apoyo de muchos si quiere quedarse con la Casa Blanca. Las últimas encuestas ya muestran una carrera más apretada de lo que se esperaba (con Trump a la cabeza, según CNN) y la imagen desfavorable de la exsecretaria de Estado sigue creciendo peligrosamente.
Por eso era vital, y casi de vida o muerte, la maquinaria que desplegó el partido durante el discurso de anoche en la convención. Porque si llega a ganar las elecciones, muchos encontrarán allí el inicio de su ascenso hacia la Casa Blanca.
Pedido de espiar a Clinton fue ‘sarcástico’
Nueva York (AFP). El candidato presidencial republicano, Donald Trump, buscó ayer calmar la indignación provocada en Estados Unidos por su llamado a Rusia a piratear los correos electrónicos de su rival demócrata, Hillary Clinton, al afirmar que había sido “sarcástico”.
“Por supuesto que estoy siendo sarcástico”, dijo el magnate a la cadena Fox News, un día después de haber lanzado su desafío a Moscú en una conferencia de prensa. “Rusia, si estás escuchando, espero que seas capaz de hallar los 30.000 emails que están perdidos. Probablemente serán generosamente recompensados por la prensa”, dijo Trump el miércoles tras un acto de campaña en Miami. (En video: El discurso de Michelle Obama en la Convención Demócrata)
La campaña de Clinton respondió airadamente, acusando al republicano de alentar el espionaje internacional. “Debe ser la primera vez que un importante candidato presidencial ha alentado activamente a una potencia extranjera para llevar a cabo una acción de espionaje contra su oponente político”, respondió el asesor de Clinton Jake Sullivan.
El exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani salió en defensa de Trump. El postulante republicano “estaba bromeando”, dijo a CNN.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
En Twitter: @sergom68