Si bien la noticia ya estaba cantada, cuando el momento llegó no dejó de ser sublime: Hillary Clinton hizo historia este martes al convertirse en la primera mujer en ser nominada a la presidencia de Estados Unidos por uno de los dos partidos tradicionales.
El momento llegó en el segundo día de la Convención Nacional del Partido Demócrata, que se realiza en Filadelfia y cuyo objetivo central era otorgar el cetro a la ex primera dama y darle impulso para la batalla final que se avecina contra Donald Trump, el elegido por los republicanos.
Clinton se impuso ante el senador Bernie Sanders en unas muy disputadas –y sorpresivas– elecciones primarias, que solo se definieron cuando votó California, el último de los estados en pasar a las urnas. (También: La bendición para la campaña de Hillary Clinton en Filadelfia)
Aunque Clinton terminó ganando el voto popular con más de 17 millones de sufragios y sumó victorias en una mayoría de estados (27 contra 23 de Sanders), el senador armó una impresionante coalición casi de la nada, que por momentos puso a temblar a Clinton, considerada la favorita desde mucho antes del inicio de las elecciones.
Y como sucedió con su batalla contra el ahora presidente Barack Obama, en las elecciones del 2008, la ardua disputa dejó grandes cicatrices que aún no terminan de sanar. Una de ellas este mismo fin de semana, luego de que se reveló que el Comité Nacional Demócrata, brazo institucional del partido, había movido los hilos para favorecer a Clinton frente a su rival. (En video: el discurso de Michelle Obama en la Convención Demócrata)
Pero Sanders, en acto magnánimo –y a cambio de la inclusión en la plataforma del partido de temas que defendió en campaña, como el aumento del salario mínimo y el cubrimiento universal de salud–, pidió a sus 13 millones de seguidores olvidar las rencillas y votar por Hillary en noviembre próximo.
De hecho, la misma campaña de Sanders fue la que propuso nominar a Hillary por unanimidad. Es decir, pedirles a los 1.843 delegados que lo estaban representando en la Convención cambiar su voto para enviar una señal de unidad.
“Tenemos que derrotar a Trump. Tenemos que votar por Hillary. Trump es un matón, un demagogo. Ha convertido el odio y la discriminación en el centro de su campaña. Ha insultado a mujeres, latinos, musulmanes y afroamericanos. No podemos permitir que llegue a la Casa Blanca”, dijo Sanders dirigiéndose a sus seguidores, algunos de los cuales lo chiflaron, pues no aceptan a Clinton.
Hillary, de 68 años, pronunciará su histórico discurso de aceptación este miércoles en la noche.
Pero antes tomarán el escenario decenas de figuras, al igual que artistas y celebridades. Entre ellas, el mismo presidente Barack Obama, el vicepresidente Joe Biden, su nominado a la vicepresidencia, Tim Kaine, y su marido, el expresidente Bill Clinton, que este martes pasó al tablero para destacar las virtudes de la mujer con quien lleva casado más de cuatro décadas.
Para Hillary, sin embargo, la meta no estará cumplida si termina perdiendo las llaves de la Oficina Oval. Y lo que viene no pinta fácil. (También: Obama se mete de lleno en la campaña presidencial de Hillary Clinton)
Su primera tarea será convencer a los simpatizantes de Sanders. Pero muchos la odian y si bien no votarían por Trump, podrían simplemente no votar o hacerlo por Jill Stein, candidata del Partido Verde. Lo que en la práctica sería sufragar por Trump.
De acuerdo con la mayoría de analistas, la exsecretaria de Estado necesita además reproducir la coalición que llevó a Obama a la Casa Blanca en el 2008 y que lo reeligió en el 2012. En otras palabras, el voto mayoritario de mujeres, jóvenes y minorías como los afroamericanos y los latinos. Y aunque entre algunos de estos grupos ya le va bien, Clinton tiene muy mala imagen entre el electorado joven y debe luchar contra la sobreexposición, producto de más de 25 años en la vida pública de EE. UU. (desde 1992, cuando llegó a la Casa Blanca).
De hecho, su imagen negativa del 56 por ciento –según el promedio de encuestas de Real Clear Politics– es de las más altas en toda la historia registradas para un candidato a la Casa Blanca. Solo superada por la de Trump, que llega al 57 por ciento. (Lea: 'Hillary Clinton será una extraordinaria presidenta': Bernie Sanders)
Pese a ello, el magnate neoyorquino ya le lleva ventaja en varios frentes. De acuerdo con un sondeo de CNN, la superaría con el 48 por ciento de las preferencias contra el 45 de Hillary. Y las mismas encuestas revelan que casi el 70 por ciento de los estadounidenses no la consideran una persona confiable, contra el 45 por ciento que piensan lo mismo de Trump.
Por supuesto, son números en permanente evolución. Los de Trump, por ejemplo, fueron tomados tras finalizar la convención de los republicanos, evento que suele aumentar la popularidad de los candidatos. Y probablemente Clinton también recibirá oxígeno cuando culmine la cita de los demócratas.
Así mismo, su imagen se vio deteriorada luego de que el FBI concluyó, hace un mes, que había actuado de manera irresponsable y descuidada al utilizar un servidor privado para manejar asuntos de seguridad nacional cuando era secretaria de Estado.
Qué curso tome esta puja aún es incierto. Lo único concreto a estas alturas es que Clinton ya consiguió lo que ninguna mujer había logrado en 227 años de democracia.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter: @sergom68