Desde el salón de Protocolo de El Laguito en La Habana (Cuba), en un acto público a partir de las 10 de la mañana de este domingo, está previsto que se conozcan los detalles del papel definitivo que tendrán las mujeres y personas con identidad sexual diversa en la implementación de los acuerdos de paz entre el Gobierno y las Farc.
En este nuevo acuerdo, las circunstancias especiales de las campesinas, guerrilleras y víctimas que han vivido el conflicto armado se tuvieron en cuenta para darles un peso justo a la hora de la puesta en marcha de lo acordado.
Así como la Subcomisión Técnica del Fin del Conflicto entregó sus recomendaciones a la mesa de diálogo sobre las fórmulas para el cese del fuego y el desarme de la guerrilla, la Subcomisión de Género hizo lo mismo esta semana con la revisión de los acuerdos de reforma rural, participación política y cultivos ilícitos, para dar una participación a las mujeres durante el posconflicto, en condiciones de igualdad respecto a los hombres.
En los otros puntos de la agenda, como el de víctimas y del fin del conflicto –este último alcanzado el 23 de junio pasado–, “el tema de género se incluyó en la construcción de los mismos”, informaron las delegaciones de paz.
El jueves de esta semana, la mesa de La Habana anunció la culminación exitosa de ese trabajo de revisión e incorporación del enfoque de género, en el que la Subcomisión presentó al menos 15 recomendaciones por punto de la agenda pactada hace cuatro años. El acceso equitativo a tierras, créditos y curules, acordadas para las zonas afectadas por la guerra, son algunas de ellas.
El resultado finalmente avalado por los negociadores plenipotenciarios, en cuya propuesta trabajó ese equipo liderado por María Paulina Riveros, del Gobierno, y ‘Victoria Sandino’, por las Farc, desde septiembre del 2014, será presentado hoy con la participación de destacadas mujeres de la ONU, expertas en el tema.
El encuentro contará con la presencia de Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora de ONU Mujeres; Zainab Bangura, representante de Naciones Unidas para la violencia sexual en los conflictos armados; Luiza Carvalho, directora para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres; Belén Sanz, representante de la ONU Mujeres en Colombia, y María Emma Mejía, embajadora colombiana ante Naciones Unidas, entre otras.
“Al contrario de la mayoría de negociaciones de paz en la historia, en Colombia las mujeres han tenido una presencia significativa (…). Su éxito subraya la evidencia de que la participación de las mujeres aumenta la probabilidad de que se logre un acuerdo de paz. Y que una negociación incluyente no es solo un imperativo moral ni una meta de largo plazo, sino una necesidad apremiante y operativa”, destacó Mlambo-Ngcuka, exvicepresidenta sudafricana y cabeza global de ONU Mujeres.
EL TIEMPO