Cuando salí del hospital, a los 20 días golpearon a mi hijo mayor. Casi me lo matan
Esperanza deja salir una tímida sonrisa cuando cuenta lo que le pasa al estar en la calle. Siente que la gente la ve y le quita la mirada tan pronto ella percibe que está siendo observada. A veces se siente atraída de ir hasta alguno de sus observadores para preguntarle: ¿quieres saber qué me pasó? Pero no lo hace: “la gente es morbosa”, dice.
Esperanza, madre de dos hijos, no solo fue víctima de un ataque con ácido en diciembre de 2014 –año en el que se denunciaron 111 agresiones con agentes químicos según Medicina Legal–. Mucho antes había denunciado ser víctima de violencia intrafamiliar, insultos y hasta escupitajos.