Después de ocho días de ruptura y desórdenes no fue fácil que Gobierno y camioneros se sentaran de nuevo a negociar.
De hecho, estos últimos llegaron el miércoles a la cartera de Transporte con un séquito de garantes: desde un delegado de Naciones Unidas hasta Gloria Flórez, la exsecretaria del exalcalde Gustavo Petro y el líder del movimiento Dignidad Agraria.
Para empezar a negociar, el Gobierno puso como condición que los manifestantes que estaban en la avenida Boyacá no sobrepasaran la carrera 13, en un intento por tomarse el Ministerio. Pero el secretario de Seguridad de Bogotá, Daniel Mejía, informó que la Policía los había contenido.
La viceministra de Relaciones Laborales, Mariella Barragán, fue la encargada de distensionar la reunión con cuatro bolsas de chocolates y frituras.
El jueves en la mañana se acordó la intervención de los precios de movimiento de carga de 21 rutas claves, y a las 3 de la mañana del viernes ya estaba listo el documento final para levantar el paro.
Todos lo firmaron, excepto Orlando Ramírez. Monseñor Luis Augusto Castro le pidió que lo suscribiera, pero Ramírez se opuso argumentando que no firmaba nada en la madrugada.
El viernes se presentó a las 7:30 y suscribió el acuerdo.