Señor Director:
Como patriota y colombiano que cree y espera reivindicaciones sociales, económicas y futuristas en nuestro país, celebré con entusiasmo los 206 años de independencia, izando la bandera y observando el magno desfile militar que encarna la legitimidad de nuestras instituciones, pero con tristeza también vi que a pocas cuadras de allí el panorama era totalmente diferente y contradictorio, pues se enfrentaban los activistas que defienden el paro de camioneros al Esmad de la Policía; en realidad, eran dos desfiles con características opuestas. Parecía que viviéramos en un país ambivalente. Esto es la mejor prueba de que necesitamos definir nuestro futuro y reorientar en un solo sentido nuestro trasegar histórico con una paz efectiva y duradera.
Gerardo Dussán D.
Bogotá
Centenario de Yehudi Menuhin
Señor Director:
Ha pasado casi desapercibido en Colombia el centenario del natalicio del gran violinista, director de orquesta y humanista norteamericano Yehudi Menuhin, nacido en Nueva York en 1916.
Menuhin llegó a ser un gran profesional del instrumento desde los 7 años, cuando debutó con la Orquesta sinfónica de San Francisco. Desde ese momento contó con el asesoramiento del gran maestro rumano George Enescu.
En cierta ocasión, cuando el incrédulo físico Albert Einstein lo escuchó en uno de sus conciertos, se acercó a él, impresionado, y le dijo: “Ahora sí creo que Dios existe”.
Con motivo de sus 75 años, dirigió, en el Palacio de los Deportes de Londres, la Orquesta Filarmónica de la Gran Bretaña, en presencia de la reina Isabel II.
Merecedor de muchos premios, entre ellos el de la Paz, por la Unesco, y el Príncipe de Asturias, ha recibido el doctorado ‘honoris causa’ en música, otorgado por 30 universidades, entre ellas la de Córdoba, en Argentina.
Yehudi Menuhin visitó a Colombia en 1950. A las 9 de la noche del viernes 11 de agosto de ese año hizo su aparición en el recién inaugurado teatro Metro, de Barranquilla, en un programa musical titulado ‘Concierto mágico’. La entrada, muy cara para la época, fue de 3 pesos. Fue el mayor recuerdo que este maestro legó a los colombianos.
José Portaccio Fontalvo
Bogotá
El Estado pierde terreno
Señor Director:
Por seguir las políticas neoliberales, el Estado le quitó el apoyo a la economía campesina cuando teníamos soberanía alimentaria; ahora importamos el 70 por ciento de lo que nos comemos, pero somos los primeros en producción y consumo de coca.
Acabamos con los 3.500 kilómetros de líneas férreas por presión de los transportadores, ahora ellos montaron su cartel de la chatarra y del chantaje.
Le entregamos la salud al sector privado, y nos tienen en cuidados intensivos.
Pero ahí seguimos, vendiendo Isagén, la ETB, Ecopetrol... Bienvenido, sr. capitalismo salvaje.
Fidel Vanegas Cantor
Bogotá
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