El Gobierno turco anunció este jueves la suspensión de la Convención Europea de Derechos Humanos mientras dure el estado de emergencia que comenzó este jueves, un periodo que podría ser de 40 ó 45 días. Es decir, menos de los tres meses que se habían anunciado.
El vicepresidente del Gobierno, Numan Kurtulmus, explicó que la suspensión de la Convención se hará "como en Francia", en alusión a las medidas tomadas en ese país por la declaración del estado de emergencia por los atentados terroristas de los últimos meses.
El jefe del Estado explicó que la declaración de emergencia busca asegurar la democracia y localizar a los responsables del intento de golpe de Estado del pasado fin de semana. (Además: La purga que sufrirá el ejército turco tras su fallido golpe de Estado)
En ese sentido, Kurtulmus insistió este jueves en que la declaración del estado de emergencia no significa la aplicación de la ley marcial y que los ciudadanos no se verán afectados.
"El derecho de reunión y manifestación no serán cancelados. No va a ver toque de queda, no habrá ningún retroceso en los avances democráticos", afirmó el viceprimer ministro.
Kurtulmus prometió que el "Parlamento estará abierto y funcionando". (También: Un fallido golpe de Estado con muchas señales)
Además, volvió a culpar del intento de golpe de Estado del pasado fin de semana al clérigo islamista exiliado en Estados Unidos Fethullah Gülen, del que dijo dirige una "organización terrorista".
"Su objetivo (de los golpistas) no era un golpe de Estado. Era matar al presidente Erdogan y conducir al país a una guerra a largo plazo con Siria", dijo. (Además: Turquía, un país marcado por los golpes de Estado)
Respecto a la petición formulada a Estados Unidos para que extradite a Gülen, Kurtulmus pidió a Washington que se ponga en el lugar de Turquía.
"Cómo se sentirían si un sacerdote hubiera tratado de destruir EEUU e ir a Turquía a vivir en una mansión", planteó.
EFE