Los tres meses de estado de emergencia anunciados por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, son necesarios, aseguró, para “continuar la limpieza” de quienes considera responsables del fallido golpe de Estado del viernes pasado y purgar al país de “amenazas a la democracia”.
El presidente invocó la Constitución, que permite gobernar mediante decretos-ley, suspender libertades y derechos fundamentales, imponer obligaciones financieras y laborales a los ciudadanos y conferir poderes especiales a los funcionarios. Erdogan recordó que el golpe les costó la vida a 240 personas (aparte de 24 soldados golpistas) y dejó más 1.500 heridos, y subrayó el papel de los ciudadanos a la hora de salir a la calle para frenar el golpe. (También: Erdogan extiende las represalias a profesores en Turquía)
El anuncio del estado de emergencia fue aclamado por gritos de “Dios es grande” y vítores a Erdogan, en un ambiente festivo pero también de venganza contra los golpistas. En la plaza de Taksim, de Estambul, en la que por primera vez en tres años se permiten manifestaciones, se ven pancartas que piden restaurar la pena de muerte, abolida en el 2004.
Suspenden eventos
Por su parte, el estado de emergencia vigente en Francia desde los atentados del 13 de noviembre será prorrogado seis meses más, con nuevas medidas coercitivas introducidas por el Gobierno para contrarrestar las críticas de la oposición. (Lea también: La ciudad de Niza, en Francia, se ha convertido en foco radical)
Con este nuevo plazo, el estado de emergencia irá hasta finales de enero del 2017, y el presidente François Hollande dijo que su intención no es buscar “otras medidas contrarias a nuestro orden constitucional, que podrían dejar a Francia en una situación fuera del marco democrático”, y añadió que su deber también es asegurar “las garantías constitucionales de Francia”.
La cercanía de las elecciones presidenciales y legislativas, dentro de menos de un año, ha condicionado fuertemente la respuesta de las autoridades, que no quieren aparecer demasiado blandas en su respuesta en un momento de gran crispación popular.
EFE