Si las cosas habían arrancado regular para los republicanos que se congregan en Cleveland para la convención nacional del partido, tendieron a lo peor este martes después de confirmarse que Melania, la esposa del magnate neoyorquino Donald Trump, plagió segmentos de un discurso de la actual primera dama, Michelle Obama.
Aunque la campaña del multimillonario se pasó todo el día negando el incidente, la similitud entre las palabras de la exmodelo con el discurso de Michelle Obama durante la convención demócrata del 2008 dejó pocas dudas y rápidamente se convirtió en la comidilla de medios y redes sociales. (En fotos: Melania, la esposa de Donald Trump)
Para poner contexto sobre el ruido que generó este hecho, la cadena CNN mantuvo la noticia como la principal durante buena parte del día de este martas bajo el titular ‘Palabras robadas’.
Para los republicanos, esto fue como un baldado de agua fría, después de un día que comenzó con tormenta por la protesta de un sector del partido que aún rechaza a Trump, pero que después se amainó con el paso de las horas.
El exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani había prendido el auditorio del Quicken Loans Arena –donde se realiza la convención– con un discurso en el que hizo papilla a la administración de Barack Obama y a la candidata Hillary Clinton, a la que acusó, literalmente, de ser responsable de la ola de terrorismo que sacude al mundo y de convertir a EE. UU. en una nación de “medio pelo” que sigue a los demás antes que liderar.
Melania, de origen esloveno y tercera esposa de Trump, debía cerrar con broche de oro la jornada del lunes. Un día muy especial, ya que era su presentación oficial al país como posible primera dama.
Y por momentos fue estelar. Aunque leyó de un teleprompter, pronunció un inspirado discurso en el que destacó la vocación de trabajo de su esposo y sus bondades como padre y compañero. Pero cuando los comentadores de Fox y otros medios prorrepublicanos no habían terminado de ensalzarla por su buena presentación, llegó el primer campanazo de alerta.
“A Melania debió gustarle mucho el discurso de Michelle Obama del 2008 porque lo acaba de plagiar”, trino Jarret Hill, periodista que escribe en el Huffington Post y que lleva años cubriendo a los Obama. (Además: Melania Trump, la exmodelo eslovena que podría llegar a la Casa Blanca)
De ahí en adelante fue como una bola de nieve. Los asesores de Trump salieron a los medios para denunciar una “cacería de brujas” y responsabilizar a Clinton por el impasse (algo que pocos entendieron).
Buscan a responsable
Pero la copia casi calcada de las palabras de Obama, pronto dio paso a los llamados a la renuncia a la persona o personas que trabajaron en el discurso de Melania.
Varios medios de EE. UU. confirmaron que Trump estaba furioso y pusieron la lente sobre Rick Gates, la mano derecha de Manfort.
Corey Lewandowski, quien hasta hace poco fue el hombre fuerte del magnate, dijo a la CNN que de haber estado aún en la campaña esa persona ya estaría empacando las maletas.
De momento, la campaña de Trump insistió en que nadie sería castigado y en su interés en pasar la página lo antes posible.
Y muy probablemente el tema será eclipsado por los desarrollos de un encuentro al que aún le faltan los dos días más importantes, o por alguna maniobra de distracción de Trump, todo un experto en la generación de titulares.
Dicho eso, el incidente de Melania sin duda tendrá su costo. De acuerdo con David Lauter, periodista político del Los Ángeles Times, el fiasco probablemente no le costará a Trump votos de los que ya tiene. Pero quizá sí muchos entre los que aún no se deciden y serán vitales si quiere alcanzar la Casa Blanca en noviembre.
“El problema de Trump y sus aliados es el de una oportunidad que se perdió. Todo el propósito de las convenciones en esta edad moderna es servir como un gigantesco comercial de 96 horas en el que se dedica cada minuto a destacar las cualidades del candidato y vender sus ideas al público de EE. UU. En lugar de eso se pasaron este martes todo el día jugando a la defensiva, tratando de explicar la conducta de su esposa”, afirma Lauter.
Un traspié, sí, pero que se suma a una cadena de incidentes que no pasan inadvertidos. Al menos no cuando los ojos del país y el mundo están posados en estos cuatro días de convención republicana.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Washington
Corresponsal de EL TIEMPO
En Twitter: @sergom68