Cuando Laura Dianey Mendoza llegó a Saravena, Arauca, proveniente del corregimiento La Esmeralda, su infancia dejó de ser tranquila y se vio afectada por la violencia.
Aunque ni su familia ni ella han sufrido directamente el flagelo de la guerra, sí tuvo que ver cómo llegaban personas al pueblo desplazadas de sus tierras; a su vecina cuando era capturada por la Policía, en su propia casa y frente a sus hijos, aparentemente por pasar información confidencial, y también creció con las constantes noticias de que habían matado a alguien en el pueblo.
Sin embargo, Laura recuerda que aunque estos hechos impactaron su vida, ella logró sobrellevar la situación y se refugió en el estudio, lo que le permitió ser una de los 12.000 jóvenes beneficiados con el programa ‘Ser Pilo Paga’, en su segunda versión.
“Siempre fui muy buena alumna, ocupaba el primer puesto y me encanta estudiar, pero los recursos en mi casa eran limitados y yo no quería incomodar a mis papás con créditos para ir a la universidad”, dijo Laura Dianey.
Actualmente, esta joven de 16 años terminó el primer semestre de Ingeniería Ambiental en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y dice estar encantada con la carrera, pero lo que más la satisface es saber que no es una carga para sus padres y que ellos no deben trabajar más de lo que se esfuerzan para costear sus gastos.
Saravena es el municipio más joven de Arauca, con solo 40 años de fundación y reconocido por su activo comercio. Se ha visto afectado por la presencia de grupos al margen de la ley como el Eln y ha sido considerado zona roja. Laura hace parte de los 1.935 pilos que provienen de zonas violentas del país y que seguramente una vez graduados aportarán al desarrollo de su región y mejorarán su vida y la de sus familias.
“Me ha cambiado mucho la vida desde que entré a la universidad, sueño con darle estudio a mi hermano y con volver a Saravena a trabajar con los jóvenes, por mi región”, afirmó Laura.