Una comisión de Cormagdalena confirmó, en visita de este lunes, que un boquete de reciente aparición en el tajamar occidental de Bocas de Ceniza no compromete su estabilidad ni su funcionamiento hidráulico, pero la entidad será diligente en hacer las reparaciones antes de que empeore.
Holbert Corredor, subdirector de navegación de Cormagdalena (entidad encargada del río), aseguró que, en todo caso, se trata de una reparación menor cuyo alcance preciso se está cuantificando.
“Debido a la ubicación, que es a dos kilómetros de la desembocadura y a seis de Las Flores, es más costosa la movilización del material que el material mismo”, dijo, y estimó que se necesitan unos 20 metros cúbicos para cubrir esa parte de la corona del enrocado. “Se ve feo, pero es consecuencia de la pérdida de un material superficial, de relleno, porque detrás están intactas las piedras de 2 o 3 metros de diámetro”, dijo Corredor.
Recordó que el tajamar es un dique en roca, su núcleo es de piedras de gran tamaño que deben resistir el oleaje del mar a su izquierda, o el producido por los barcos a su paso por el canal navegable.
Tiene un relleno sobre el que va la línea férrea construida en 1936, pero cuyo mantenimiento ha estado por cuenta de quienes prestan el servicio del trencito. Eso es lo único que podría afectarse.