Si las autoridades electorales venezolanas no exponen un cronograma que las comprometa a organizar este año el referendo revocatorio del presidente Nicolás Maduro, la oposición no se sentará en una mesa de diálogo con el Gobierno venezolano.
Una exigencia que, en lo inmediato, demanda el anuncio de las fechas para recolectar las firmas del 20 por ciento de los votantes inscritos en el Registro Electoral, condición establecida en la Constitución para la consulta.
Con esa prerrogativa como punta de lanza, varios representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) –coalición de partidos opositores– se reunieron en la mañana del lunes con los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España) y Martín Torrijos (Panamá) en la capital venezolana.
Y aunque el diputado y presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, Luis Florido, señaló que la reunión fue “clara y cordial”, aún no se anuncia fecha para el inicio de un diálogo.
“Les dijimos claramente (a los expresidentes) la disposición real y verdadera de los miembros de la MUD para sentarnos en una mesa, pero también les dijimos que conocemos cuál ha sido hasta ahora la práctica del Gobierno en anteriores oportunidades”, dijo Florido refiriéndose al intento de diálogo del 2014, donde no se logró compromiso oficial sobre temas como la liberación de los presos políticos o el respeto a la institucionalidad.
En ello destacó como previsible que Zapatero y Torrijos discutan estas demandas con el Gobierno como parte de las negociaciones para un diálogo que todos –chavismo y oposición– reconocen como necesario, pero sobre el que aún no hay alguna concesión de las partes. Ni el Gobierno ha dado muestras de suavizar su postura sobre los presos políticos –de hecho, ha encarcelado a una docena de activistas del partido Voluntad Popular en las últimas dos semanas– y el CNE no termina de dar luz verde para la recolección de las firmas.
Por su parte, la oposición considera que la propuesta del Gobierno de formar una Comisión de la Verdad para estudiar los casos de violencia en las protestas del 2014 es una estratagema para ganar tiempo y rechaza el planteamiento genérico de que debe deslindarse de la violencia y de la “guerra económica”.
A pesar de lo irreconciliables de las posturas, Zapatero, quien se reunió con la canciller Delcy Rodríguez, se quedará en Venezuela unos días más para continuar las gestiones.
VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO