Con medida de aseguramiento fueron cobijados una mujer y un hombre por maltratar de forma reiterada a una niña de 13 años. La decisión fue tomada luego de que la menor apareció con quemaduras en su lengua y boca.
Los hechos ocurrieron en el barrio Tihuaque, localidad de Usme, sector en el que la niña vivía con su padre y su madrastra. La madre habitaba en otra vivienda.
El pasado 20 de junio fue el día en que la víctima de violencia infantil ya no pudo aguantar más su situación. A la hora del mediodía, minutos antes de que la madrastra sirviera el almuerzo, la pequeña sintió hambre y el antojo de comer algo. Se dirigió a la cocina, destapó la olla del arroz y extrajo un bocado de este. En ese momento, la mujer con la que convivía ingresó, se percató del hecho y se tornó iracunda porque la chiquita no le había pedido permiso para probar el alimento. Se venía lo peor.
Después de agredir verbalmente a su hijastra, la mujer calentó una cuchara y sin ningún remordimiento agarró a la niña del brazo, le hizo sacar la lengua y le pegó el cubierto al rojo vivo. Tanto los labios como la lengua resultaron lastimados.
Tras el ataque, la pequeña emprendió la huida de la casa. Como pudo se las arregló para desplazarse hasta la vivienda de su mamá, adonde llegó afectada psicológicamente y en medio del llanto le contó lo que le había sucedido en casa de su padre. Y aún faltaban más cosas por descubrirse.
Reiterado
Ante las evidentes marcas de la agresión, la indignada madre acudió a un Centro de Atención Integral a Víctimas (Capiv) y se asesoró de abogados. Allí mismo interpuso una denuncia contra su excompañero y la mujer por violencia intrafamiliar agravada. La chiquita fue remitida al Instituto de Medicina Legal, donde la revisaron y le diagnosticaron quemaduras de segundo grado en la lengua y boca.
Por si fuera poco, los médicos descubrieron sendas cicatrices de fracturas en los brazos de la niña, quien reveló que tales lesiones habían sido producto de agresiones con un bastón y una tabla, elementos que usaban su padre y madrastra para castigarla cada vez que se disgustaban. El maltrato había sido reiterado desde hacía por lo menos un año y la menor, atemorizada por sus castigadores, no se atrevía a revelar los vejámenes que padecía en casa.
Acciones
Una vez puesto el caso en conocimiento del Capiv, miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) adscritos a la Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog) emprendieron acciones investigativas para capturar a los agresores. Tras reunir las pruebas necesarias, el equipo policial consiguió una orden de captura, autorizada por el Juzgado 39 municipal con función de control de garantías, en contra de Yesid Peña Rueda (agresor) y Alix Milena Rodríguez (agresora, original de Cúcuta, Norte de Santander), y procedieron a la aprehensión de la pareja.
Estos fueron detenidos en la puerta de la misma casa donde sucedieron las múltiples agresiones. Tras leerles los cargos por los que son acusados fueron esposados.
Este lunes, a primera hora de la mañana, ambos capturados fueron presentados ante los medios de comunicación en la sede de la Mebog (centro de la ciudad). Más tarde, el juez de control de garantías les dictó medida de aseguramiento a estas dos personas, quienes fueron remitidas a sendos centros penitenciarios (cárceles La Picota y El Buen Pastor), donde tendrán que esperar su juicio.
Entre tanto, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) asumió un proceso de restablecimiento de derechos para la menor, que por ahora está bajo la custodia de su madre.
Penas
En la actualidad, la violencia intrafamiliar es castigada por la justicia colombiana con penas que pueden ir de tres a ocho años de cárcel, según la gravedad de los hechos. El ataque contra menor de edad en la familia es considerado como un hecho grave.
El Código de Infancia y Adolescencia (Ley 1098 de 2006) explica que el maltrato infantil no se limita a la agresión física. El documento tipifica también otras formas de daño, como son castigo, humillación y abuso físico o psicológico, así como el descuido y el trato negligente sobre el niño, la niña, el adolescente, todo lo cual se convierte en agravante cuando los implicados deben responder ante un juez.
Los territorios con mayor incidencia de maltrato a menores en los últimos años han sido Caldas, Bogotá, Nariño y Boyacá, según el ICBF.
BOGOTÁ