La caravana del Tour de Francia afrontará desde este martes la segunda semana de la carrera, la que dejará aún mucho más clara la clasificación general, pues hay jornadas muy interesantes.
Este martes y el miércoles, en el papel, habrá tranquilidad, porque los tramos no son peligrosos, no tienen grandes premios de montaña y serán ideales para las largas fugas y las llegadas masivas.
Pero después de esos 359 kilómetros de las dos jornadas, el Tour se vuelve a poner muy interesante.
El jueves será la segunda llegada en alto de la competencia, la fracción será entre Montpellier y el Mont Ventoux, luego de 184 km, más tres pasos montañosos, el último de ellos en la llegada.
Parece ser esta jornada ideal para el ataque de Nairo Quintana, si es que quiere recortar camino, porque al día siguiente, el viernes, tendrá que esforzarse al máximo en la esperada contrarreloj de 37 kilómetros, en terreno quebrado, para hombres con buen golpe de pedal.
Chris Froome se frota las manos, pues el ejercicio al reloj individual le viene bien y ahí es donde buscará sacar diferencias para defenderse de sus rivales en lo que resta de la carrera.
Será muy probable que ese día se presenten dos luchas, una por la etapa y otra por la general.
“Tengo el ánimo arriba por la victoria en Andorra y voy a buscar otras victorias en este Tour, en las contrarreloj o en la montaña”, señaló Tom Dumoulin.
Luego del resultado al reloj, la carrera espera hasta el domingo para que regresen la emociones fuertes, con el tramo de Bourg-en-Bresse y Culoz, de 159 kilómetros, trazado muy corto y con seis premios de montaña.
Los pasos montañosos se dividen así: dos son de tercera, uno de segunda, uno fuera de categoría, el Colombier, y dos de primera, el último de ellos a 14 kilómetros de la meta y luego de un fuerte descenso, en el que los ciclistas irán al límite en busca de un error del rival.
Así que el Tour se pondrá más difícil, la segunda semana dejará ganadores y perdedores, todo, mirando al final de una carrera que no tiene nada claro.
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