El Pentágono reconoció este martes que el atentado suicida de Bagdad de este fin de semana en el que murieron 180 personas es un “triste” recordatorio de que el Estado Islámico (EI) mantiene “su poder letal” pese a los avances de la coalición sobre el terreno.
“Estos ataques son un recordatorio de las capacidades letales del EI”, explicó en rueda de prensa el portavoz del Departamento de Defensa, Peter Cook. “Tristemente, no nos sorprende que el EI ataque de esta manera”, reconoció Cook en referencia al atentado que causó al menos 180 muertos y 230 heridos y que provocó la dimisión del ministro de Interior iraquí, Mohamed al Gabán. (En imágenes: Decenas de muertos y destrucción por camión bomba del Estado Islámico en Bagdad)
Estos nuevos atentados son una muestra de la nueva estrategia de los yihadistas suníes del EI mientras pierden algunas de las plazas más importantes que mantenían en la provincia del Al Anbar y el norte del país. Cook volvió a reiterar que la campaña de la coalición internacional para acabar con “la ideología del odio del EI” está dando resultados, como demuestra la liberación de Faluya y la toma de territorio en los alrededores de Mosul (la segunda ciudad del país y que lleva dos años en manos del EI).
“Estamos privando al EI de ingresos del petróleo, de obtener nuevos combatientes o enviar su mensaje”, señaló Cook, quien aseguró que avances como los de Faluya demuestran que la promesa de acelerar la ofensiva contra el EI del secretario de Defensa, Ash Carter, está surtiendo efecto.
Cook reconoció que “queda trabajo por hacer” en Irak y prometió seguir cooperando con el Gobierno iraquí para ayudarle en labores de inteligencia y militares. (Además: Irak le arrebata terreno al Estado Islámico)
Estados Unidos apoya al Gobierno iraquí y de la región autónoma del Kurdistán con alrededor de 4.000 militares, que realizan labores de asesoramiento y entrenamiento, mientras que los estadounidenses realizan bombardeos aéreos para apoyar los avances de fuerzas locales en el terreno.
De otra parte, el mundo musulmán condenó este martes con fuerza el insólito atentado perpetrado la tarde del lunes junto a la mezquita del Profeta Mahoma en la ciudad santa saudí de Medina.
El atentado, que les costó la vida a cuatro guardias de seguridad, fue uno de los tres ataques suicidas que golpearon el lunes a Arabia Saudí, a pocos días de que termine el Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes. Los ataques no han sido reivindicados, aunque las sospechas apuntan al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que animó a sus huestes a perpetrar atentados durante el mes santo musulmán del Ramadán.
En las últimas semanas reivindicó o se le atribuyeron masacres en Orlando, Estambul, Daca y Bagdad. El atentado de Medina, la segunda ciudad santa del islam después de La Meca, se produjo durante las oraciones del atardecer en la mezquita del Profeta, donde está enterrado Mahoma. Según el Ministerio del Interior, en el ataque murieron cuatro agentes de seguridad y cinco resultaron heridos.
“Las fuerzas de seguridad sospecharon de un hombre que se dirigía a la mezquita del Profeta cuando estaba en el estacionamiento del lugar. Cuando intentaron detenerlo, se hizo explotar detonando un cinturón explosivo que portaba, lo que provocó su propia muerte y la de cuatro agentes”, señalaron las autoridades en un comunicado.
El blanco del ataque causó una profunda indignación entre responsables suníes y chiíes, y en Irán, el gran rival regional de Arabia Saudí.
Al Azhar, la más alta autoridad del islam suní, con sede en El Cairo, condenó el atentado, y destacó “la santidad de las casas de Dios, en particular la mezquita del Profeta”. Mahoma pasó los diez últimos años de su vida en Medina, donde murió en el año 632.
EFE y AFP