Las incitaciones y justificaciones para apoyar el brexit estaban basadas en mentiras y terror. Lo ocurrido en el Reino Unido fue una infantilidad de ancianos y líderes irresponsables. Algo parecido a lo que ocurre por estos lados con la resistencia civil de los ignorantes, cínicos y soberbios seguidores de un impune mesías en contra del sí a la paz. Que se les entrega el territorio a las Farc, alegan (mentira y terror), que quedaremos en manos del castrochavismo (mentira) son solo un par de perlas que traigo a manera de ejemplo de esta insensata ‘bresistencia’, por así llamarla.
Lo más grotesco de todo quizás sean los tuits de la senadora María Fernanda Cabal, porque son la mezcla perfecta del terror, la majadería y la mentira: “¡El régimen socialista de Santos sigue despojando campesinos!”. Parece sacado de Actualidad Panamericana.
Uno de los argumentos preferidos para oponerse a la paz por parte del Centro Democrático consiste en que esta garantiza la impunidad de los terroristas. A mi manera de ver, cualquier proceso de paz exitoso conlleva buenas dosis de impunidad. De la misma manera, creo, eso sí, que la guerra ha representado la impunidad total, aquella de la que han gozado las Farc durante medio siglo.
No voy a citar nombres porque son muchos y se me escapan además otros tantos, pero hay una buena cantidad de uribistas que viven en la impunidad. Valga decir, además, que Colombia es un país en el que se respira impunidad.
Por ello considero que aquella que provenga de la firma de la paz sería aceptable en aras de ella.
Sí es cierto, se trata de comerse muchos sapos, y algunos bastante grandes. Pero prefiero la impunidad por la paz que aquella que vivimos en medio de la guerra. Evitar miles de muertes y desplazamientos más es razón suficiente para cerrar un tanto los ojos.
El Diccionario ideológico de la lengua española, de Julio Casares, en su entrada de la palabra ‘impunidad’, pone los siguientes términos: impunidad, irresponsabilidad, indemnidad, seguridad, perdón y acogimiento. Y añade: absolver, sobreseer, exculpar y perdonar. Se trata de ideas afines y evidentemente contradictorias.
Y termino: si bien es cierto que son muchísimas las falencias y errores del gobierno Santos, considero que su proceso de paz ha sido serio y riguroso. Me quito el sombrero frente a los negociadores.
Mauricio Pombo