La locura que se ha vivido en el comienzo del Tour de Francia no es nada frente a lo que viene, porque el miércoles, viernes, sábado y domingo no hay disculpas para no seguir la carrera, pues llega la alta montaña con jornadas decisivas.
El primer gran reto será el miércoles, cuando el Tour llegue a Le Lorian, luego de 216 km y seis pasos montañosos, el último de segunda categoría y a 15 km de la meta.
Más dura se pondrá la carrera el viernes, pues la fracción de 162 km contará con un premio de primera categoría, el Aspin, de 12 km de extensión y rampas hasta del 9,5 por ciento de inclinación, a 7 kilómetros de la raya de sentencia.
El sábado serán 183 km, con cinco pasos montañosos, el primero de ellos el famoso Tourmalet, de 18 km de tramo y rampas promedio del 7,5 por ciento, el último de primera categoría, a 18 km de meta, un descenso interesante, para llevar al límite a los rivales y hacerlos perder tiempo.
La primera semana del Tour terminará el domingo, con la etapa entre Vielha Val d’Aran y Andorra Arcalis, luego de 184 kilómetros.
La jornada contará con cinco premios de montaña, tres de primera, uno de segunda y el final de fuera de categoría, una las etapas cruciales de la competencia y tras la cual la clasificación general se aclarará mucho más.
“No recuerdo un Tour que lo haya ganado un ciclista que no suba bien. Las jornadas son verdaderamente duras y eso es bueno para el espectáculo”, dijo antes del comienzo de la prueba Christian Prudhomme, el director.
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