La primera edición del festival Lollapalooza Colombia, la versión nacional del reconocido encuentro alternativo estadounidense, que se iba a realizar los días 17 y 18 de septiembre en el Parque Simón Bolívar, en Bogotá, se canceló, informaron este viernes los organizadores.
La decisión, que acarrea millonarias pérdidas en primer lugar para la firma Absent Papa, fue tomada debido a dos motivos: la cancelación de uno de los dos artistas principales, cuyo nombre nunca pudo ser confirmado en el cartel del festival, y la baja venta de boletería ante el efecto de una reacción negativa del público al cartel. (Lea también: ¿Cómo reclamar su dinero de las boletas de Lollapalooza 2016?)
En un comunicado concreto, los empresarios expresaron el dolor que acarreó la decisión pero también señalaron que el dinero recaudado por la venta de la boletería será devuelto a sus compradores mediante un mecanismo establecido por los emisores de boletería a través de los puntos de venta, incluyendo los costos de los servicios.
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Las boletas para este evento tuvieron diferentes precios, según la etapa en que se compraran: 395.000 pesos en la llamada 'early birds' (para quienes compraron antes de que se conociera el cartel, una estrategia común en muchos festivales); un segundo paquete de boletería de 495.000 pesos del que se vendieron 5.000, y otro general por 535.000 pesos. Además se ofrecían los combos VIP por 795.000 pesos.
A estos precios se les aplicaba un cobro adicional por parte del emisor de boletería, la empresa Tuboleta, superior al 13 por ciento.
Los empresarios informaron que este comunicado será su única vía de dar declaraciones ante la prensa. Sin embargo, uno de ellos comentó de forma extraoficial a este medio: "Es la primera vez que nuestra empresa cancela un concierto". Absent Papa es el promotor del festival Estéreopicnic, entre muchos otros eventos.
Aunque los organizadores no revelan quién es el artista que generó el incumplimiento, era de conocimiento común en el sector musical que el nombre de la cantante Rihanna estaba como primera opción. Además, la cancelación de Lollapalooza coincide con la información que medios brasileños han transmitido acerca de la cancelación de la gira latinoamericana de la artista barbadense por Suramérica, ante la amenaza de riesgo de zika.
Pero el otro gran golpe a la sostenibilidad del festival fue el impacto negativo que tuvo el cartel anunciado hace unas semanas, en el que la curaduría había optado principalmente por nombres de la actual escena pop mundial (Disclosure, Lana del Rey, Nicky Romero, The Chainsmokers, en un total de 41 actos), lo que parece no haber colmado las expectativas en un mercado en el que aún pesa mucho la relación de los festivales con el concepto de rock. La ola de críticas en redes sociales, que creció como bola de nieve, fue un llamado de alerta.
Se prevé que la noticia tenga un efecto negativo en el futuro en el mercado de espectáculos en Colombia: aunque las cancelaciones hacen parte del negocio de los conciertos, nunca había ocurrido con un evento de esta magnitud, y para aumentar la gravedad, a este le faltaba muy poco tiempo para su realización.
Así mismo se calcula que serán las pérdidas económicas: cuando un artista del mercado internacional es comprometido para una fecha, en las cláusulas del contrato suele establecerse que en caso de incumplimiento del promotor del concierto -el empresario local-, este deberá pagarle al artista el 50 por ciento del dinero acordado, porque para aceptar esta fecha debió rechazar otras ofertas. Por poner un ejemplo, si contratar a Lana del Rey costaba 300.000 dólares, en este caso deberán pagarle 150.000 dólares, aunque no venga.
Y no se trata solo de artistas, sino también de equipos, infraestructura, logística, todos los contratistas externos que giran en torno a la realización de un festival.
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