La reciente muerte de un militar en el Hospital Militar de Villavicencio por causa de fiebre amarilla, y quien se encontraba hace pocos días en La Macarena (Meta), activó las alarmas entre las autoridades de salud por la peligrosidad de esta enfermedad.
Tanto las secretarías de Salud del Meta como de Villavicencio hicieron un urgente llamado a los metenses que tengan entre uno y 60 años para que acudan al sistema de salud a vacunarse, quienes no lo hayan hecho todavía, lo cual no tiene costo.
De hecho, se anunció que habrá puntos de inmunización en las terminales aérea y terrestre de la ciudad.
Jimmy Parrado, epidemiólogo de la Secretaría local, si bien explicó que la probabilidad de que este tipo de fiebre llegue y se propague en la capital del Meta es baja, sobre todo porque los vectores de contagio habitan principalmente en zonas apartadas (monos, zarigüeyas y el mosquito Haemagogus) es necesario que la comunidad esté atenta, en especial quienes quieran viajar a zonas selváticas del departamento.
Aunque hasta ahora no hay reporte de nuevos casos, es importante que la ciudadanía esté atenta a estos síntomas: coloración corporal amarilla, dolor muscular, vómito color café o hemorragia oral, que también puede ser a través de las heces.
“Es una enfermedad poco común pero que hay que tomar en serio, en el Meta hubo ocho casos en los últimos años con tasa de mortalidad del 87 por ciento”, explicó Edilberto Morales, secretario de Salud local.
A través de un comunicado, la Secretaría de Salud departamental recomendó a las mujeres embarazadas no vacunarse y anunció que el 9 de julio habrá jornada de vacunación “para poner al día a los niños menores de 6 años en todas las vacunas y garantizar a la población entre uno y 60 años la vacuna de la fiebre amarilla si aún no la tiene.