El presidente Barack Obama reaccionó el domingo y este lunes ante la peor matanza con armas en la historia de Estados Unidos y, frustrado, dijo que le corresponde al Congreso ejercer un control a las “armas de guerra”.
Y es que Omar Mir Seddique Mateen, un ciudadano de padres que llegaron desde Afganistán, de 29 años, que había sido previamente investigado por sus lazos con un atacante suicida estadounidense con vínculos yihadistas, utilizó un rifle de asalto AR-15 y una pistola automática para causar la tragedia.
Estas armas, bajo un mercado legal en ese país, son muy fáciles de conseguir, con unos trámites casi expeditos.
Frustrado por la inacción del Congreso a lo largo de los últimos años, el Presidente estadounidense presentó en enero pasado un conjunto de órdenes ejecutivas, 10 en total, con las que pretende ampliar el cerco de controles y así evitar que rifles y pistolas terminen en manos equivocadas.
La propuesta de Obama es cerrar un hueco que existe en las leyes que gobiernan el comercio de las armas.
Actualmente, y gracias a la Segunda Enmienda de la Constitución, cualquier estadounidense mayor de edad puede adquirir un arma de fuego. Tan común es que las venden hasta en tiendas de cadena como Walmart y se estima que al menos un 40 por ciento de la población posee una de ellas.
O más de una, pues se cree que hay unos 300 millones de armas en circulación para un país que todavía no supera los 320 millones de habitantes. Bajo la legislación actual todo comerciante que quiera dedicarse a la venta de armas debe primero obtener una licencia.
Así mismo, cualquier persona que acuda a un comerciante con licencia (como el caso de Walmart) es sujeto de una revisión de antecedentes para establecer si existe algún récord criminal o incluso médico que impida la venta.
Mercado millonario
En el 2014, por ejemplo, se realizaron más de 20 millones de ventas que pasaron por el filtro de la revisión de antecedentes. El 'hueco' en la ley está en que esta no especifica si dicho estándar se aplica a la venta o intercambio de armas vía internet, a nivel individual o en eventos informales como las ferias de armas.
Eso se ha traducido en un comercio paralelo en el que no se exige la revisión de antecedentes y por el que transitarían casi 10 millones de armas anualmente. Lo que hace la acción ejecutiva de Obama es forzar a los vendedores, incluidos los de internet y a los que negocien en ferias, a que obtengan licencias de venta.
Con eso, dice la Casa Blanca, se ampliaría el universo de la revisión de antecedentes y se llevaría luz a una zona que hoy permanece oscura. Adicionalmente, las medidas de Obama prevén la contratación de más de 200 funcionarios que se dedicarían a tramitar licencias y revisiones de antecedentes.
Igualmente, se pretende integrar las bases de datos que manejan las autoridades para que estas incluyan a un mayor número de personas e incluir en ellas reportes médicos que indiquen consumo de drogas o problemas mentales.
El mandatario dijo que su plan no busca limitar el acceso de los ciudadanos a las armas de fuego ni impedir que se vendan rifles de asalto y otras armas de alto poder. Sencillamente, dijo, que personas con récord criminal o mental puedan acceder a las armas aprovechando una falencia en el sistema.
El problema con la propuesta de Obama, y en eso coinciden la mayoría de analistas, es que tiene pocos dientes. Muchas de sus medidas, dice Phillp Dacey, de la Asociación Nacional de Coleccionistas de Armas, requieren de presupuesto para ser implementadas. "Y eso es algo que no le dará este Congreso controlado por republicanos", opina el analista.
Otras de sus acciones son meras recomendaciones para las agencias federales, pero no expanden los mandatos o exigen nuevos estándares. Y lo poco que queda, es decir, el requisito que se hace a todos los vendedores de obtener licencia, va derecho a una demanda ante las cortes, donde tiene alto riesgo de perder. "Lo que ha hecho Obama es ordenar que todos los vendedores, así sean ocasionales, deban obtener licencias y realizar revisiones de antecedentes previas a las ventas. Pero con eso está definiendo lo que es un 'vendedor ocasional' ".
Trump, más propuestas incendiarias
Este lunes, el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, propuso suspender la entrada de inmigración proveniente de países relacionados, según él, con amenazas terroristas contra Estados Unidos o sus aliados.
"Cuando sea elegido, suspenderé la inmigración de zonas del mundo donde existe una historia comprobada de terrorismo contra Estados Unidos, Europa o nuestros aliados, hasta que sepamos completamente cómo acabar con estas amenazas", dijo Trump in New Hampshire.
Clinton pide más controles
Por su parte, la virtual aspirante demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, consideró este lunes que "si alguien está siendo investigado por el FBI, simplemente no debería poder comprar un arma", en relación a la matanza ocurrida este fin de semana en Orlando (Florida) y que causó la muerte a 49 personas.
Clinton hizo estas declaraciones en su primer discurso público tras la matanza desde Cleveland (Ohio), en el que insistió en restablecer la prohibición sobre la venta de armas de asalto, como la utilizada por el presunto autor de la masacre, el estadounidense de origen afgano Omar Mateen. Mateen, de 29 años, había sido investigado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) con anterioridad, pero al no contar con historial criminal, pudo comprar de manera legal las armas con las que llevó a cabo el atentado. "Si eres demasiado peligroso para montar en un avión, eres demasiado peligroso como para comprar un arma en Estados Unidos", alertó la ex primera dama, quien al principio de la alocución dejó claro que "hoy no es día para la política", y en ningún momento citó a su rival republicano, el magnate Donald Trump.
Además de incrementar el control sobre el acceso a las armas, Clinton insistió en que como presidenta del país marcará como una de sus prioridades identificar y atrapar a "los lobos solitarios" como Mateen, quien según las primeras investigaciones no estaba vinculado a una red terrorista, sino influenciado por el islamismo radical.
En este sentido, la ex secretaria de Estado instó a aumentar el contacto de las autoridades con las comunidades musulmanas dentro del país, en vez de "estigmatizarlas o aislarlas" del resto de la sociedad. Clinton llamó a la unidad de los estadounidenses tras el ataque, invocando el espíritu del los ataques del 11 de septiembre de 2001 (11-S), cuando el país se unió tras la mayor tragedia terrorista de su historia.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
*Con información de AFP y EFE