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La marca, la preocupación de Colombia en la Copa América

El equipo dirigido por José Pékerman ha estado débil en el balón aéreo y en transiciones del rival.

Colombia junta monedas para atacar y le alcanza para una limosina, pero reúne otras para defenderse y tiene para algo más que un bus. Esas son las dos realidades que vive la Selección en la Copa América Centenario.
Y esto, haciendo la aclaración del buen momento de hombres como Jeison Murillo y Cristian Zapata, los defensas centrales titulares.
El equipo que dirige José Néstor Pékerman aún no termina de consolidarse en la parte de atrás. En los dos partidos que ha jugado Colombia, frente a Estados Unidos y Paraguay, han sufrido en defensa; tanto así, que el arquero David Ospina fue una de las figuras en el triunfo 2-1 sobre los guaraníes, especialmente en la segunda parte.
Es como si la Selección sufriera una especie de hipnosis en el tiempo de descanso.
“Siendo autocríticos, no podemos dar tanta chance en los segundos tiempos a nuestros rivales. Contra Paraguay lo sufrimos, casi nos empatan”, expresó el volante Daniel Torres.
En el debut, Colombia tuvo un buen primer tiempo, y la única opción de gol que le crearon fue un remate de media distancia hecho por Clint Dempsey, pero en el periodo final llegaron los problemas: el mismo Dempsey, de golpe de cabeza, casi anota, pero Sebastián Pérez en la raya evitó el tanto de los estadounidenses cuando el partido ya estaba 0-2.
Eso se presentó cuando, un día antes de ese partido, Pékerman había dicho: “Colombia no tiene grandes problemas en el juego aéreo, tenemos cómo contrarrestar el ataque de dicha forma”, en referencia al gol que por esa vía había marcado Haití en un juego amistoso que precedió al certamen.
Pero en el partido que se desarrolló en el Levi’s Stadium de Santa Clara (California) fue una muestra de algo que no era crónico, pero que sí presentaba unos síntomas de una enfermedad que se puede controlar, porque hubo otras acciones en las que se creó riesgo por esa vía.
En esa ocasión, el cuerpo técnico se decidió por una formación 4-2-3-1, teniendo a Torres y Pérez como cabezas de área y dando libertad al jugador de Atlético Nacional para salir al ataque.
Infografía ETCE.
Luego llegó el turno contra los guaraníes. El balón aéreo volvió a ser un sufrimiento y esta vez pudo convertirse en una enfermedad terminal; aún esos dolores no son mortales.
Desde la zona izquierda hubo dos centros: uno lo tapó Ospina y el otro terminó en gol; sin embargo, lo invalidaron por un claro pero apretado fuera de lugar de Paulo da Silva.
En la segunda etapa hubo otro par de acciones en las que Ospina fue fundamental tras tapar un cabezazo de Óscar Romero.
El equipo es consciente de esa falencia y, como dijo este juves Farid Díaz, se está entrenando en ese aspecto para evitar lo más posible esas generaciones de peligro del rival.
“Seguimos trabajando en la pelota quieta, estamos haciendo un trabajo intenso, mejorando y tratando de corregir pequeñas cosas, todo esto para tratar que no nos conviertan en pelota quieta”, sostuvo el lateral izquierdo.
Pékerman no niega ese error en el equipo, pero tampoco lo ve como algo habitual y le da méritos al rival.
“Paraguay tiene unos rematadores excelentes. Uno busca trabajar eso en la concentración, pero a veces no se puede evitar. Hasta los especialistas, como los paraguayos, reciben estos goles”, dijo el estratega referente al juego aéreo y al remate de media distancia.
Un espacio sin marca
La zona izquierda de Colombia es la que más problemas está presentando.
Por ese sector fue la única opción de Estados Unidos en el primer tiempo y por ahí llegó el gol de Paraguay, el golazo de media distancia de Víctor Ayala, además de varios contragolpes en los que Murillo se tuvo que exigir e incluso fue amonestado.
El problema está surgiendo por el acompañante de Torres (nunca ha sido reemplazado), pues Pérez y Guillermo Celis todavía no han cumplido de la mejor manera esa labor.
Infografía ETCE.
Pérez, quien no ha terminado ningún partido, en varias ocasiones ha llegado tarde a los relevos o al acompañamiento en ese segundo cuarto de cancha y por eso tiene tantas faltas: siete, lidera ese ítem en la Selección, y en el pasado partido solo tuvo ocho intervenciones con la pelota.
Celis, aunque se ha visto más activo, tampoco ha mostrado esa capacidad de ayudar en la marca y luego salir jugando, que es lo que busca en ese acompañante de Torres.
“El profesor me pide ayudar y oxigenar un poco. En la Copa América son partidos exigentes y físicos. Además de colaborar al equipo en marca, también me dice que cuando tenga la posibilidad, puedo salir”, expresó el jugador del Junior sobre sus tareas en el campo.
Buscó una solución
Contra Estados Unidos, Pékerman intentó solucionar ese inconveniente modificando su orden táctico y pasó al 4-1-4-1, dejando a Torres como ‘5’ y más adelante a Juan Guillermo Cuadrado, Pérez, Edwin Cardona y James Rodríguez, con variantes al 4-4-1-1.
Por eso, en ese sacrificio aparecen hombres de creación. Cardona es uno de los que más balones han recuperado en los dos partidos jugados hasta ahora.
En el sector derecho han contado más con ese apoyo, y eso ha significado que el lateral Santiago Arias sea el jugador con más pelotas quitadas, pues Cuadrado ha estado colaborando en esa zona.
“La verdad, el profe (José Pékerman) me ha insistido mucho en ayudar en la marca, llegar al medio y cumplir esa labor. Me pide ayudar a Santiago Arias. Son diferentes partidos y hay que hacer trabajos diferentes; pero también me dice que no se me olvide el desequilibrio”, expresó el jugador de Juventus.
Una de las alternativas que tiene Pékerman para esa posición de acompañante de Torres es Carlos Sánchez.
El volante de Aston Villa de Inglaterra únicamente ha jugado cinco minutos en el certamen, pero sin duda es uno los hombres de confianza del argentino y tendría una oportunidad este sábado contra Costa Rica.
Infografía ETCE.
“Yo estoy dispuesto para lo que pida el técnico. No tengo preferencia por jugar con uno (volante de marca) o con otro (que sea más mixto). Simplemente me adapto a lo que pida el profe y a mis compañeros”, explicó el nacido en Quibdó (Chocó) hace 30 años sobre lo que sería su función en la Selección Colombia.
Ya se aproximan los cuartos de final y esa pequeña falencia puede ser una herida mortal contra rivales de más peso; por eso, es el momento de buscar la solución.
ANDRÉS FELIPE VIVEROS BERMÚDEZ
Redactor de EL TIEMPO
@afviveros
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